Veganí

Fuimos a cenar a este lugar sin saber que tipo de platos veganos ofrecían y nos llevamos una grata sorpresa. Probamos casi toda la carta, todos los platos eran excelentes, pero el mollete de setas nos enamoró. La atención fue amable y la atmosfera muy buena. Lugar muy recomendado, volvería en cualquier momento.

Un lugar bonito, con grandes ventanales, se ve un poco la cocina y como trabajan. No recomiendo nada el vino Orange. Pero las croquetas y el postre de fresas y rosas.. espectaculares!!! Fresas hay que pedirlo si o si. El botijo es un detallazo precioso en la mesa. Y el plato de yuka está muy elaborado y a diferentes temperaturas y la ensaladilla no me dijo nada. El detalle del baño está gracioso. Y la camarera muy simpática, un trato muy cordial y agradable.

Uno de los pocos restaurantes veganos que he encontrado en Sevilla y, la verdad, genial. A mí lo que más me suele gustar es la comida sencilla, tradicional, pero de vez en cuando está bien probar cosas nuevas y en este restaurante tienen platos que sorprenden: como la brocheta de melena de león, que es una seta (espectacular). Las croquetas muy buenas también. Además el ambiente y la decoración son muy agradables (merece la pena echarle un vistazo a los cuadros) y las camareras muy atentas y agradables, que siempre de agradece. Lo único que he echado de menos, que tampoco estoy seguro de que no tengan porque no pregunté, es que haya alguna tarta, bizcocho o dulce para el postre. En conclusión, muy recomendable. 💚

Un muy buen descubrimiento. Pedimos la ensaladilla de patata y brócoli, la yuca a la sevillana y en sandonito (el cual recomiendo muchísimo) para dos. No hace falta ser vegano para disfrutar de esos platos, lo recomendamos. Un detalle que al pedir agua te la traen directamente del grifo en botijo en lugar de botella, y gratis. También preguntan si quieres pan en lugar de ponerlo y cobrarlo por defecto, y por supuesto el pan vale lo que cuesta (que es poco) porque está super bueno. A nuestro parecer, quizá algo caro para el tamaño de los platos, pero igualmente recomendable.

Estuve cenando con unos amigos el 26 de diciembre. En cuanto a la comida (pedimos ensaladilla, croquetas, sandonito, chantarellas, cous cous) todo buenísimo. Sabores muy equilibrados, a veces inesperados, que ojalá muchos otros establecimientos replicaran. Y la relación calidad-precio, bastante buena (25 €/persona). En cuanto al servicio, muchas cosas que mejorar. Es verdad que es época de fiestas y que llegamos un poco tarde, pero estuvimos esperando más de 30 min a que nos trajeran algo de beber. De hecho la comida vino antes que la bebida. También eché en falta una pequeña explicación sobre los vinos naturales, porque -a parte de mí- nadie sabia qué eran y se quedaron extrañados con algunos sabores, la turbidez de los vinos. Creo que cuando ofreces un producto diferente, tienes que tomarte el tiempo para explicarlo, por mucho que sean fiestas y haya más trabajo del habitual. También las mesas están un poco juntas, y el lugar no es tan acogedor como podría ser. Volveré en otra ocasión para ver si mejoran el servicio.

Un sitio muy recomendable para veganos y no veganos. Todos los platos estaban buenísimos y con el sandonito (serranito) nos chupamos los dedos... 🤤🤤 Además las chicas que nos atendieron fueron super amables y nos ayudaron con sus recomendaciones. Es un poco más caro que otros sitios de la zona, pero hay que tener en cuenta que es una cocina más especial y el producto es de calidad.

Pocas veces me he sentido tan bien acogido como en este rinconcito cerca de la Alameda de Hércules. El personal, joven y amable, estaba ahí para darnos recomendaciones y contestar nuestras preguntas con una sonrisa de oreja a oreja. Así da gusto, ¡y qué recomendaciones! Si aún llegáis para el mollete con setas, tenéis que probarlo, fue nuestra sorpresa de la noche. Menú variado con interesantes combinaciones. Con 4 platos o 3 platos más postre te quedas bien y encima pruebas propuestas veganas de lo más originales. Si tenéis la oportunidad, haced reserva y pasaos, no os dejará indiferentes.