Restaurante Xvenir

Comida buena y sitio agradable. El chef nos atendió personalmente y nos recomendó muy bien. Buena relación calidad precio trato. Lo mejor el sitio el estar en una terraza privada y una cosa que poca gente valora es la mesa con mantel, esa costumbre se está perdiendo y lo que gana un sitio gracias al mantel pocos hosteleros lo saben… Lo que más me gustó la presa.

Fuimos 3 hermanos, uno de los cuales sí lo conocía. La verdad que me impresionó bastante la calidad de la materia prima y el servicio. Local bonito y con una gran terraza. La comida no le doy un 11 porque no se puede poner. Que maravilla, desde la ensaladilla, tartar de alistado, croquetas y alcachofas rellenas de carrillada. El plato principal que yo deguste, corvina, estaba para ponerle un piso en la playa. Los postres también muy ricos. Que no es barato, por supuesto, pero la calidad hay que pagarla.. Muy agradable el dueño y cocinero del negocio. Ya estamos planeando una próxima visita

X Venir, tan conocido por los que valoran la calidad como desconocido por los que no saben donde está y cuando lo descubren vuelven. Sitio de tranquilidad absoluta. Puedes almorzar y cenar de manera que desconectes del ruido. Carta muy amplia y Pedro es un embajador excelente en su pasion por la gastronomía. Te puede inventar un plato sobre la marcha si es necesario! Servicio ejemplar en un Rte donde prima la satisfacción del cliente!! Lo recomiendo al 100!!

¡Estupendo! Fui a comer con compañeros de mi niñez-juventud, pero con la mosca detrás de la oreja, ya que había leído críticas muy contradictorias. Enseguida se me disiparon las dudas, ya que desde que pisé el umbral me fue gustando todo. El sitio muy agradable, con espacios amplios; el personal muy atento, pero sin agobiar, educado y simpático. La carta, un poco "moderna" para mi gusto, pero lo suficientemente amplia como para poder elegir sin problemas. La elección fue la de compartir todo, así que pedimos varios platos, siguiendo los consejos del "mâitre" y todos, ¡todos!, fueron un acierto absoluto: ensaladilla, gambas al ajillo, calamares de potera fritos, vieiras y hasta el postre estuvo bien porque, a pesar de la mala costumbre existente en la mayoría de los restaurantes, pudimos tomar fruta los que quisimos, entre ellos yo. De bebidas no hablo porque la principal, el vino, no pude degustarlo por problemas míos, pero los que lo tomaron parecieron satisfechos. El precio, no barato, pero apropiado a la excelente calidad e inmejorable servicio. Un acierto, gracias.

El pasado sábado celebré aquí la comunión de mi hija. Todo salio perfecto gracias a la profesionalidad de los dueños y de todos los trabajadores. Si el servicio que recibimos ese día fue buenísimo, la calidad de lo que nos sirvieron fue todavía mejor. Es un sitio fantástico para celebrar eventos y por supuesto para disfrutar de una gastronomía de primera calidad.

¡Qué gran descubrimiento! Ha sido totalmente fortuito, de esas casualidades de la vida que hacen que de vez en cuando se alineen los astros. La cocina está buenísima. Es de los sitios donde mejor he probado el filete de hígado con PX. Pero lo que está verdaderamente espectacular es algo que uno no se espera encontrar en un restaurante como éste: el menudo. No muy picante, sin garbanzos y de textura melosa, muy melosa. Si vas y lo tienen, no dejes de pedirlo. Y además, su digestión no se hace nada pesada. La mayoría de los platos se pueden pedir como tapa grande (más bien medía ración) o ración completa. La carta de vinos tiene una reducida pero selecta selección de vinos de Jerez y de la Tierra de Cádiz, muy acorde con los platos. El servicio es razonablemente bueno. Familiar, pero muy cuidado. Sin caer en el compadreo y sabiendo cada cual su sitio. Las carencias del personal más joven son rápidamente cubiertas por el más experimentado, especialmente por el jefe de sala, un profesional al que se le notan los muchos años de oficio en esto. Actúa eficazmente y con discreción. El ambiente es tranquilo y la decoración moderna y discreta. Luminoso en la parte que da a la avenida, más apagado al fondo. Tiene una gran terraza detrás, ideal para los medios días de otoño-invierno o las noches de primavera-verano. El precio ronda los 35-40 €/persona, como siempre dependiendo de la cantidad de platos y de la bebida elegida. No está mal si se tiene en cuenta el conjunto de la experiencia. Prometo volver.