Tradevo San Bernardo

Excelente restaurante con una carta variada, original y atrevida, que mezcla tradición e innovación. El tallarín de sepia salteado con boloñesa de sus tentáculos es una auténtica obra maestra y una delicia. Los canelones de aguacate rellenos de gambón con una mayonesa de limón y los dados de ganache, bizcocho de pistachos con crema montada de naranja y sorbete de frambuesa son un entrante y un postre más que recomendables. Buen trato y amplia carta de vinos. Se recomienda reservar mesa.

Todo lo que comimos estuvo fresco y muy sabroso; los camareros estuvieron todo el tiempo atentos a nuestra mesa y explicándonos cada plato. Me gustó especialmente el tartar de pescado azul, las sardinas y el sushi con una variación crujiente caliente. Pedimos además boquerones rebozados y boletus. Muy buena relación calidad precio, en finde es vital reservar con días de anticipación

Me encanta este lugar, además de estar muy sensibilizados con las intolerancias alimentarias, son amables y serviciales, pueden freir el pescado, en varias harinas ecológicas, a destacar, todo el pescado, ya que está fresquito, pero mi debilidad son los cartuchitos de boquerones fritos, en harina de arroz, el pargo, la lubina, todo en general está rico, evidentemente, barato no es pero merece la pena

Fui por primera vez a comer al Tradevo de Mar. Aprovechando que hacía un día estupendo de sol, nos sentamos en las terrazas de fuera y mientras tomamos unas cervezas acompañadas de aceitunas para picar. Los camareros fueron atentos y serviciales en todo momento. En la carta predominan los productos de mar; aunque también tiene varios platos de carne. Empezamos pidiendo unas berenjenas y unos chocos fritos; vienen presentados en unos cartuchos y con un pequeño cuenco de salmorejo para mojar. Una cosa que me encantó (y que repetimos) fue el jamón de mar. Ya de comida más contundente pedimos una ventresca de atún poco hecha; deliciosa, se derretia literalmente en la boca; arroz y una lubina frita excelente. El precio es más alto que en otros bares de la zona; pero, sin duda, merece la pena ir a visitarlo por la calidad de la materia prima que trabajan.

Recomendados y después de leer las reseñas, fuimos: magnífica la comida y su presentación; CELIACOS podéis ir sin problemas. Muy especial el jamón del mar, muy buenos los tallarines de chocos, la lubina frita, las alcachofas con gambones... todo. Buenos tintos andaluces y variedad de blancos. Salimos muy a gusto.