Restaurante tradicional con una carta con gran amplitud de propuestas de temporada y variedad en las elaboraciones, famoso sobre todo por su plato estrella: el cochinillo, no deja de lado platos que te animan a volver en otra ocasión con solo leer el menú. El lugar es castizo ubicado en el centro histórico; el trato y servicio rápido y ejemplar. Fuimos una pareja, reservando 3 semanas antes debido a la demanda, nos sirvieron un delicioso paté como aperitivo de la casa y tomamos setas de temporada y una ración de cochinillo por persona. Suficiente en cuanto a comida. Muy recomendable.
La verdad es que siempre es un placer visitar Segovia y disfrutar de su gastronomía, y si hace buen día, como hoy, ya ‘chapeau’. Aunque nos gusta mucho venir a José María. Quizá para otra ocasión probemos otro sitio. Las alubias y el cochinillo como siempre muy buenos, no fallan. Pero luego, la ensalada de Bonito, insípida, debido a que tenía muy poco Bonito. La perdiz estofada sin más, no volveríamos a pedirla la verdad. Y lo peor el postre sin duda. Tengo una mente abierta, pero cuando pido tarta de queso, me gusta que sea ‘tarta’, las hay más cremosas, más compactas, decoraciones varias… pero no me gusta pedir tarta de queso y que por 8€ me pongan 2 bolas de helado
Fuimos 4 personas a cenar y pedimos para compartir probadillo de matanza (muy rico, los tacos de loco estaban muy tiernos) y mollejitas de cordero lechal a la plancha salteadas con ajetes tiernos y setas (impresionantes, no las he comido nunca tan ricas), después pedimos 1 racion de cochinillo deshuesado a fuego lento con agridulce de manzana en rulo (buenísimo con la fusión del agridulce y el dulzor de la manzana) y 3 raciones de cochinillo asado (se deshacía en la boca), para terminar compartimos un tiramisu y leche frita. Todo espectacular de bueno y las presentaciones de los platos una pasada. La atención fue de 10 por parte de todos los trabajadores (y los dueños que nos atendieron de mil amores) sin duda lugar para recomendar y volver
Un restaurante típico de Segovia. Estuvimos una tarde tomando unas tapas en la barra y reservamos para comer el día siguiente. El personal muy profesional y agradable. La comida estupenda. Probamos los judiones y el típico cochinillo cortado con el plato. Para terminar, el ponche segoviano (tarta muy rica). El vino de la casa muy bueno (Pago de Carraovejas). Muy agradable el ambiente y la experiencia en general. Totalmente recomendable
Experiencia inmejorable. Hemos ido a pasar el día q Segovia y decidimos comer aquí, creo que es de los mejores cochinillos que he probado nunca y acompañado de unas buenas setas y unos judiones igual de espectaculares. Además el trato de todos los camareros también ha sido espectacular. Un 10
Es probablemente junto al Cándido los restaurantes más típicos de Segovia. El personal muy profesional y agradable. La comida estupenda. Probamos los espárragos y el típico cochinillo cortado con el plato. Para terminar, el ponche segoviano (muy típico aquí, que estaba muy rico). Muy agradable el ambiente y la experiencia en general. No pongo las 5 estrellas porque es bastante caro , pero para una vez vale la pena Totalmente recomendable
Simplemente increíble. Comida exquisita. Ambiente tranquilo. El servicio mejor imposible. Un poco elevado de precio pero vale la pena cada euro. Pedimos el menú degustación y cada plato estaba mejor que el anterior. Buenas porciones. Súper recomendado.
Estupendo restaurante donde deleitarte con platos típicos de Segovia como es el cochinillo (criado en su propia granja para mantener unos estándares de calidad).
En cuanto al personal, un equipo que funciona como un engranaje bien engrasado, muy profesionales y atentos.
Cuenta con un montón de salones estupendos, unos con un estilo mas moderno y otros mas tradicionales pero todos acogedores.
Uno de los sitios más populares de Segovia, lugar amplio, a pesar de la cantidad de gente, el servicio y la atención excepcional, éramos 4 personas, optamos por el menú degustación, de entrantes puerro y tartar, principal unos pedimos crema de espárragos y otros judiones, seguimos con un bacalao confitado y el plato estrella, cochinillo, donde en ese momento salió José María, el dueño del local a saludar a los comensales y quien se encargó de cortar nuestro cochinillo, todo esto acompañado de como no, un buen vino pago de carraovejas, de postre ponche segoviano y flan de huevo casero.
Calidad-precio lo merece.
Muy recomendable.
Es la segunda vez que vamos, no dejo de sorprender. Sin duda una parada obligada en tu viaje a España! (No solo a Segovia)
Increíble ver la dueña al pendiente, lo mismo que hace 5 años.
Gran lugar, servicio y comida! Felicidades!
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