Tiene terraza, jardín e interior. El personal muy amable. Le dejaron un libro a mi hijo mientras esperábamos a la comida. Pedí una ensaladilla que estaba espectacular, unas croquetas de chuletas que son de las mejores que he probado nunca y una coca riquísima. Buen precio ya que la calidad lo merece.
Paramos a comer haciendo el camino de Santiago.
El propietario nos dio buen hospedaje, llevábamos bicis y nos dejó meterlas en el patio interior del local. Ibamos mojados y de barro, y nos facilito el tender la ropa mojada e incluso nos facilito una manguera por si queríamos limpiar algo.
El menú inigualable, relación calidad precio magnífico, la carne hecha a la brasa, y el postre señalarlo como el mejor yogur griego q he probado nunca.
Un sitio con servicio rápido y amable. Las carnes a la brasa están muy bien hechas. Comida tradicional muy rica. Precio alto.
Estuvimos en Santo Domingo de la Calzada el dia 8 de diciembre a pasear por el mercado medieval. Ya nos quedamos a comer y encontramos este bar restaurante ya fuera del mercado.
Aun estando lleno, nos dieron una mesa y pudimos comer. El menú sobrepasó nuestras expectativas. Estuvo todo excepcional y muy bueno. Calidad-precio muy bien. La camarera que nos tocó fue muy eficiente y encantadora y el dueño muy diligente y atento. Además nos dijeron que donde estabamos comiendo sí que admitían perros (en el comedor de dentro mas complicado). Os voy a pasar el menú que fue de 10. Esperamos volver muy pronto otra vez. Seguid así.
Visita obligatoria cada vez que nos acercamos a Santo Domingo de la Calzada o alrededores. Comida exquisita, de calidad y bien elaborada. El local es más grande de lo que aparenta desde la calle, tiene diferentes estancias, todas ellas súper agradables. El personal siempre es muy atento, agradable y cercano. El restaurante tiene la filosofía de "Slow Food" para que disfrutes de la comida y de la compañía sin prisas. Un lugar perfecto para mimar al paladar.
Trato del personal increíble, ambiente relajado con buena música,la comida y el personal de cocina a otro nivel,totalmente recomendable y si viviera en la zona sería un restaurante muy habitual al que iría...volveremos sin duda
Fuimos de visita al pueblo y miramos las reseñas del local nos gustaron y fuimos. Un local diferente, por fuera parece pequeño... pero dentro tiene un comedor majico y un poco más a fuerauna terraza muy agradable y tres reservados. La verdad kque hacía mucha calor y en la terraza genial. Nos gustó mucho el sitio..sobre todo por la tranquilidad que se respira. Comimos genial y todo muy rico. Precio medio / alto pero merece la pena.
El método para pedir en la barra es un poco complicado, pero funciona.
El establecimiento es amplio, los precios son correctos, y la oferta amplia.
El personal fue amable en todo momento, las mesas están recogidas y los aseos, limpios.
Por poner una pega, no hay servicio de terraza (indicado claramente en carteles, por lo tanto, nada que decir al respecto)
Tras todo esto, me ha parecido un sitio agradable dónde pasar un buen ratito
Restaurante familiar, personal amable y muy profesional. La especialidad es la cocina a la brasa. Tienen un menú de fin de semana por 25€ que no está mal. Como detalle reseñable es que nos han puesto un platito de ibéricos como aperitivo. Lo mejor el pan, el resto (langostinos empanados, alcachofas en temperatura, entrecot y rodaballo a la brasa) sin más. Una pena no haber podido probar las torrijas porque se habían quedado sin ellas a mitad de servicio.
Esta mañana me he tomado una tortilla de patata recién hecha que estaba deliciosa y el cafecito también, he estado muy a gusto.
La atención del personal es muy delicada, sin prisas y muy amables. Su filosofía "Slow Food" es una oportunidad especial de poder disfrutar de comida de calidad y sin prisas.
Muy recomendable desde mi experiencia en otros lugares.
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