En mi top 3 de vegetarianos de Santiago.
Carta corta (3 entrantes y 3 platos principales) pero muy ricos todos
Además tiene un precio estupendo
Un gran descubrimiento. Pequeño restaurante, muy acogedor en el centro de Santiago. Decorado con mucho gusto. No tiene mucha variedad de platos, pero todo lo que sirven está muy rico, contundente, elaborado con cariño, bien presentado y a buen precio.
Fue un acierto dar con este lugar, además, tuvimos suerte ya que estaba prácticamente todo reservado, pero al llegar pronto pudimos coger una mesa. La atención fue de 10.
Lugar acogedor y con una decoración muy original, es un local pequeño por lo que recomiendo reservar si se desea ir . La comida es sabrosa y cocinada con cariño , es una muy buena opción para amantes de la comida vegetariana y vegana en pleno corazón del casco antiguo de Santiago . El trato del personal del local es totalmente amable y profesional . Los postres muy ricos . El precio es bastante económico . Muy recomendable en definitiva .
Sergio Barbeira Blanco
+5
Un descubrimiento. Pequeño restaurante, muy acogedor. Tiene una oferta limitada de platos, pero muy ricos, contundentes y elaborados con mimo. Todo muy rico y original. Ya he ido dos veces en poco tiempo y volveré. La atención es muy buena.
Sitio muy pequeño (apenas cogen unas 10-12 personas en diferentes mesas) pero con encanto.
La chica que nos atendió muy maja. Le cuesta un poco defenderse fluidamente en castellano o gallego, pero no fue en ningún momento un problema.
La carta no es muy amplia, pero la comida está muy rica y la cantidad de comida por plato es bastante abundante. Además tiene un precio muy asequible.
Comida vegana muy sabrosa y casera justo al lado de la catedral de Santiago. El local es pequeño pero perfectamente decorado.
La dueña súper agradable, puedes practicar además tus habilidades de inglés.
Florencia Lambruschini
+5
Muy agradable sitio para cenar. Vegetariano estricto con opciones sin gluten.
Sitio tan chiquito como acogedor.
Fuimos cuatro. Pedimos tres entrantes y tres principales. Uno de cada opción para probarlo. Me gustaron especialmente las empanadillas de berenjena y la primera opción de los platos principales (no recuerdo el nombre: un guiso con calabaza, garbanzos, más cosas y arroz).
Otro chico y yo cogimos otro entrante porque nos quedamos con un poquito de hambre. Él, los falafel y yo las berenjenas. Yo prefiero los falafel fritos a horneados porque así están menos secos y además no veo nada de malo en tomar un poquito de grasa de vez en cuando (de hecho necesitamos sus ácidos grasos omega 3 y 6). Supongo que en un restaurante la cosa cambia bastante, pero al menos en casa, prefiero usar el horno lo menos posible y optimizar su uso aprovechando a meter todo lo horneable que tenga, por eso de que gasta mucha energía. Pero en fin, al otro chico le encantaron; para gustos, los colores!
Y luego el postre: Brownie casero vegano. Riquísimo!
También me encantó el poder rellenar el té de agua caliente tantas veces como quise.
Sin embargo y muy a mi pesar porque todo era excelente, me veo forzada a ponerle cuatro estrellas en vez de cinco porque, habiéndome comido tres entrantes y tres principales entre cuatro personas, más un entrante y un postre yo sola, pagué 20€ justos y me quedé con un pelín de hambre. Lo siento.
Un restaurante pequeño y muy acogedor. Un local con mucha esencia. Toda la carta es vegana, es verdad que no hay muchos platos pero son de mucha calidad, muy ricos. Servizo muy agradable. Lo recomiendo mucho.
El restaurante es pequeñito pero super agradable, comida vegetariana riquísima y distinta a lo que se suele encontrar. La carta es perfecta, nada extensa pero todo platos muy originales y pensados, elaborados en el mismo día. La atención es excelente, estuvimos en una de las mesitas de la barra y Emma y Majo hicieron la experiencia insuperable. Muy recomendable.
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