O Filandon

De precio está genial, pero la calidad y la cantidad es brutal. Pedimos para dos personas: 4 copas de albariño de la casa (muy suave y fresquito, CUIDADO entra solo!!!), 1 ración de empanada y una tosta de cecina con queso San Simón. Todo espectacularmente bueno. Es una tienda pequeña y al fondo el bar. Merece mucho la pena

Lugar típico de Santiago. Parece una charcutería pero al entrar dentro te encuentras con un pequeño bar. Fuimos recomendados por dos gallegos y fue un acierto. Con la cerveza te ponen un buen plato de embutido y tiene tostas muy buenas. El bar estaba lleno de gente de Santiago lo que habla por sí solo

O Filandón es uno de los rincones de Santiago que merece la pena visitar. Principalmente por tratarse de un sitio peculiar y que se sale de lo común. Un antigüo ultramarinos reconvertido en una taberna de las de verdad, de las de antes. Representa totalmente a la ciudad compostelana, especialmente en días lluviosos en los que no hay nada mejor que una buena cerveza con unos buenos pinchos de pan con chorizo y con el calorcito de una buena chimenea. Si te apetece picar algo te recomiendo 100% que pruebes la tosta de cecina y queso San Simón. ¡Está de muerte!

Lugar acogedor, auténtico y enxebre perfecto para tomar un vino y picar unas tostas. Con la consumición ya te ponen fiambre con pan muy rico. Recomiendo pedir las tostas, cualquiera de ellas pero la de cecina y queso de cabra buenísima! Como punto negativo, creo que deben tener cuidado con el aspecto e higiene del local. Creo que varía mucho si vas un día de semana donde hay menos gente y está todo más ordenado y limpio a diferencia de un sábado.. platos amontonados en la barra y la chimenea sucia.

No podéis visitar Santiago sin parar en este lugar. Aparentemente es una tienda de quesos y embutidos, pero tiene un pasillo que ensancha y donde hay mesas en las que se pueden degustar pinchos exquisitos. El sitio tiene un encanto muy, muy especial, y el personal es encantador y y extremadamente diligente. 100% recomendado. Volveré seguro. Como sugerencia, sólo propondría que tuviesen cerveza sin gluten. Gracias.

Un lugar con encanto y decorado rústico, con una chimenea y utensilios de antaño que le da un toque muy original. Además de poder tomar un vino o una cerveza acompañada de una tapa de embutidos, puedes comprar los productos que tienen en la tienda e incluso pedir raciones. Si vuelvo a Santiago repetiré y lo recomiendo.