Pizzeria Britannia

Es un lugar tranquilo, con varias terrazas abiertas y cerradas, comedor muy grande y todo muy acogedor. Comida riquísima, a buen precio, te regalan chupito y caramelos, además tienen un detallito con los niños, celebran cumples. Los camareros educados y encantadores, parking privado y aparcamiento también fuera sin problema., 100% recomendable.Tienen ascensor para acceder.

Tanto allí como a domicilio, es un clásico de Santander, y están de aniversario!!! Las pizzas están espectaculares,sobre todo las que tienen bechamel y la masa es fina. La comida india que tienen está muy rica y hay con picantes variados. También tienen ensaladas, pasta,etc Hay varías zonas tipo salón para comer,dentro o en plan terraza , para grupos , parejas,etc Recomendable para todas las edades también.

Hemos venido solo un par de veces, pero me ha sorprendido el buen ambiente que hay y la atención de los camareros.La comida muy rica. Recomiendo llamar para reservar y no tener que esperar aunque….merece la pena esperar si es necesario. Mención especial para Monica, camarera del comedor interior. Gracias por esa tarta sorpresa!! 😉

Fue mi primera vez en el Britannia, la verdad es que esperaba que no me llenase mucho al ver el tamaño de la pizza individual pero le hechan una gran cantidad de ingredientes y tienen un sabor que denota calidad. El servicio fue amable en todo momento desde la llegada y muy profesional. Para repetir sin duda!

Fuimos 6 personas a comer y salimos más que encantados. Tiene una amplia carta de pastas, pizza y además puedes encontrar platos indios, así como muchas ensaladas y postres. Los precios están bien, así como quizá la calidad de la comida está bien, pero sencilla. Lo que sí que nos gustó mucho fue el trato recibido por parte de todo su personal, en especial la chica que nos atendió en la mesa que es encantadora. Así que ya solo por eso lo recomiendo.

Pizzería situada en un buen lugar a pie de la variante S-20 con un gran aparcamiento. El local es amplio, ubicado en la planta superior del edificio en la que se puede acceder tanto por escalera como por ascensor (ideal personal con minusvalía). Tiene un pequeño bar con alguna mesa a la llegada y después un gran sala comedor dividida en zonas. También dispone de una terraza exterior amplia. Ambiente informal y buena limpieza. Disponen de una carta amplia en tema de comida italiana y en algún plato más. En cuanto a lo que pedimos, la comida fue todo excepcional, calidad y todo muy rico. Tanto sus pizzas, como sus postres. Tengo que nombrar la pizza Griega, el menú Indio y la tarta de avellana (Recomendado 100%), aunque todo estaba buenísimo. El precio acorde a la presentación, raciones y calidad. El trato fue muy familiar, educado y cordial por parte de la camarera que nos atendió y el servicio rápido en todo momento e intentando ayudar en nuestras dudas, siempre con una sonrisa en la boca, siendo complicado con una mesa de muchos comensales y niños por medio. ( Por cierto, la camarera se llama Lydia). Gran detalle la invitación de chupitos al final, pasando unas risas viendo a los niños disfrutando también de su chupito de kiwi sin alcohol. La verdad es que me sentí muy a gusto y volveré a repetir sin duda. Lo recomiendo. Un detalle a tener en cuenta, es reservar con antelación ya que suele estar muy concurrido en fines de semana.