La Katy, buena gente. Es la propietaria del restaurante familiar.
Hablemos de comida y del local.
El restaurante dispone de varios menús de temporada, menú de invierno y de verano, menú calçots, menú de arroz y menú entrecot que van desde los 17€ a los 44€ el de entrecot, todos incluyen, bebida y postre y normalmente son 2 platos.
Puedes comer al aire libre o en interior.
La terraza es muy agradable incluso en invierno, porque le da el solecito.
La comida, tanto los primeros , segundos y postres son cómodas casera, casera, casera.
Como ejemplo, elegí 2 menús de arroz.
Los primeros, croquetas y calamares romana.
Las croquetas, como las que hacía mi madre, el relleno, contundente, nada empalagoso ni aceitoso, unas buenas croquetas , los calamares, frescos, tal cual se compran en pescadería, nada de aros grandes e insípidos, pequeñitos, de la zona y un rebozado tirando a escaso, fácil de digestión.
Los arroces, los de la abuela, todos los anuncian como caldosos, pero realmente son melosos.
Pedí de verduras, ya cansado de los de marisco , etc, pero Katy, sorprendida, me recomendó cambiarlo por el de pollo con alcachofas.
Sorprendente arroz, presentado el el perol, uno por persona, recién hecho y bien hecho, perfecto en boca y muy bien condimentado.
Los postres, todos hechos en su cocina, sorprenden por su frescura, como todo lo casero.
La atención del personal , perfecta
A mejorar:
Los primeros tal vez escasos, yo añadiría algún acompañamiento ligero, pues los segundos son contundentes.
los servicios, se han de cuidar más, es importante saber que todo se cuida, también los aseos.
Las sillas de interior cómodas pero se caen las chaquetas, estaría bien facilitar colgadores.
Si solo tenemos en cuenta el precio y el local, sólo sería un 3 estrellas, pero la calidad de los platos, merece pagar el precio, que está dentro de la media.
Personalmente repetiré, me he quedado con más ganas de probar platos caseros y hacerme una charla con LA KATY.
Ánimos, Katy, tú sabes por qué lo digo, muy grande tu gestión e inclusión de la familia al negocio familiar, me encanta verte al pie el cañón, te mantiene esa juventud que derrochas.
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