Restaurante El Espejo

Buscando un lugar donde tomar un menú degustación encontramos este restaurante. Todo lo que probamos nos gustó , la comida está preparada con esmero y con productos locales de calidad, el vino que nos recomendaron muy bueno. Nos atendieron muy bien y el sitio es muy agradable. Sin duda lo recomendaría.

Si la cocina no habla de geografías no está ubicada. Si la sala no muestra el entorno es mentirosa, y si el local no es único juega a imitaciones falsas. En el Espejo estas tres negaciones se convierten ene tres afirmaciones. Un menú elegido por la mesa de 6 personas dispuestas a disfrutar, pero sin caer en la trampa de lo caro y evidente. Botellas de coste aceptable, y platos que hablen de mar en un entorno de maderas sencillas y gustosas. Junto a una mesa redonda que mira al patio interior del hermosísimo espacio, durante casi tres horas, el paseo por el mundo de los sabores que impregnan el ser de un pueblo, por construcciones reconocidas pero personalizadas, nos hicieron sentir muy felices, bien acogidas, donde en pequeños bocados se iba mostrando el abecedario creativo de la casa, en la copa las propuestas novedosas de quien entiende la albariza de manera tradicional pero mirada con ojos de asombro y técnica de precisión. Acento y cariño en cada gesto. Felicidad para recordar. El Espejo es una visita que agranda Sanlúcar.

Nos encantó comer allí, Javier nos atendió súper bien desde el primer momento, tanto en recomendación de platos como de vino blanco y tinto. Como no somos de Sanlúcar, nos recomendó el vino de la tierra, pero también según nuestros gustos. E incluso llegó un momento que en nuestra mesa estaba dando mucho sol y nos ofreció sentarnos en otra mesa. Comimos atún encebollado y lingote de cochinillo, de postre, piña caramelizada con sopa de chocolate blanco y helado de pistacho. Nos encantó el lugar, la comida y la atención fue inmejorable. Sin duda, recomendadisimo!

Un sitio ESPECTACULAR. Excelente atención por parte de sus camareros y sumiller, y la comida y el producto más excelentes aún. La terraza es muy bonita recomiendo reservar en esa zona, sobre todo si vais a cenar ya que la temperatura acompaña más por la noche. Recomiendo el tartar de atún rojo, el saam de camarones que es un espectáculo en la boca, las croquetas de puchero una delicia, la carrillera y la hamburguesa, carnes de primerísima calidad. Un sitio 100% recomendable

Sitio con un encanto especial, patio muy acogedor, comida y servicio genial, producto de mucha calidad, destacando la corvina a la brasa y el atún con mango y curry. Improvisadamente coincido la finalización de un curso de flamenco, donde pudimos bajar al salón interior y ver un muy buen espectáculo de guitarras y cante.

Muy buen nivel, entrante de salmorejo con boquerón que deja con ganas de un segundo envite..., no pasa nada, es el aperitivo de la casa. Ensaladilla moscovita... "vi(s)ta y no vi(s)ta", con presencia y empaque, a soñar con cada bocado, aterciopelada almadraba con toque de hierbabuena que resulta ligera y profunda, con susurro anaranjado para dejar desconcertado pero... contento, muy contento. Saam de camarones, difícil... comer a mano... para componer una sinfonía de sabores egocéntricos que luchan por su protagonismo..., resultado... desconcertante (el primer bocado)... hot chili (segundo)..., quiero más... Ceviche de pez limón, frío, donde el cítrico tomó el poder con orgullo y altanería hasta agotar los sentidos y provocar nuestra rendición al placer tropical... Postre de elegancia y señorío, de porte humilde y cuerpo ligero, pálido, sin excesos..., eso sí... en el punto exacto donde se distinguen los grandes del resto..., Pedro Ximénez callejuelas... la verdad de lo auténtico... Gracias por vuestro trabajo, el camino que andáis desborda esencia, poesía y desparpajo, seguid así..., innovad, sorprended, arriesgad..., los vengadores de la monotonía os necesitan...