Panda

El local está muy bien decorado, merece la pena comer allí. Quizá un poco caro, pero la comida es de calidad. Para cenar es de carta. Cogimos todo para compartir y fue un acierto. Las gyozas de langostinos y verduras merecen mucho la pena. El Pad Thai muy rico pero nos llenó muchísimo. Los baos ricos y el sushi a la altura. Para ir una vez y probar está bien.

Un restaurante en el que la comida está riquísima y las cantidades se adecuan al precio (un poco caro pero comida abundante). Nosotros nos hemos pedido de entrantes unas gyozas de verduras (preferimos las de carne), alitas de pollo picantes (con el picante justo para estar riquísimas y poder seguir disfrutando de todo lo demás) y la tempura de verduras (el plato estrella. Madre mía, lo mejor sin duda, soy un gordaco.) Como plato principal (que ya estabanos llenos con lo anterior) hemos pedido unos rollitos de sushi rebozados con queso de untar, salmón y un par de cosas más. Enormes. Y unos tallarines que no he podido terminarme... Todo espectacular.

Muy buena relación cantidad-precio. El menú del dia estaba muy bien y con raciones bastante hermosas, sobre todo las de shushi. El local es muy amplio y muy chulo. Aunque hubo un detalle que no me gustó: me negaron llevarme la botella de agua Mondariz que había pagado y estaba casi llena por ser casco de cristal.

Nos habían hablado muy bien de este restaurante y en general la experiencia ha sido buena. El sushi recién hecho (teníamos a la persona encargada de realizarlo justo al lado) rico, pedimos el combinado de Uramakis. Los rollitos de primavera sin más, un poco pequeños. Los baos también buenos, pedimos el de costilla. Para otra ocasión probaría otra de las opciones de la carta, porque me resultó un poco fuerte. Aunque si que me parecieron un poco caros para lo que son. El Pad thai con pollo crujiente muy rico, mejor que el plato de Yakiudon para mi gusto, que aunque estaba bueno, no es de los mejores que he probado. El postre (la copa Panda) no me disgustó, aunque en otra ocasión probaría otro de los que ofrecen. El personal amable aunque lento, quizás porque no había suficiente camarerxs. Cocina un poco lenta, excepto el sushi, que salía a toda leche. El local es grande y bonito, aunque hace frío y pasamos toda la cena tapadas con la bufanda.

Lo que pedimos nos gustó mucho. Unos rollitos de verduras, tempura de verduras, pan bao con gambas y un wok yakiudon fideos udon con verduras. Lo que es una pena es que no haya una opción proteica vegana con el tofu, espero que lo pongan como opción. Y de precio y cantidad está bien. Sin duda para repetir. También hacen pedidos para llevar.