Bar Restaurante Los Leones

Restaurante de comida casera muy fresca. Comida típica de la Gomera como potaje de berros y champiñones rellenos de almogrote, todo súper fresco y bueno. Calidez y amabilidad en el servicio. Nos hicieron arepas aunque no era hora todavía.

De ésos sitios que te aparecen por arte de magia y sales más que satisfecho, el trato exquisito, las recomendaciones por parte de Agustín espectaculares, y la comida casera, casera, casera, sin engaños.

Trato familiar, comida casera, el queso asado con mojo está brutal, calidad precio correcta, muy recomendable

Un restaurante que más bien parece el bar del pueblo, lo cual tiene su gracia. Está situado en la planta de arriba, en un comedor grande con 2 televisores y música de fondo. No apto para gente que busca un sitio tranquilo e íntimo jaja. Los camareros son de la gente más agradable y simpática que te puedas encontrar. La comida buena, sobre todo el almogrote (de los mejores que he probado nunca!) y el queso asado (aunque estaba un poco fuerte). Pedimos también la ensaladilla con croquetas que no estaban mal. Fuimos un sábado por la noche bastante pronto para cenar y a los 10 minutos no quedaban mesas libres.

Somos de GC y fuimos a este restaurante por la reseña negativa (nada constructiva) que dejó un cliente, mejor dicho, fuimos atraídos por la inteligente y fabulosa respuesta que dió el propietario a la misma. Todo fueron parabienes desde que entramos en el local ya que tropezamos directamente con el propietario y su simpatía que, amablemente, nos recomendó una zona del local que estaríamos más frescos. El ambiente era acogedor ya que tenía la música muy suave (baja) y, entre los empleados hablaban también bastante bajo, todo ello en el afán de crear un clima de calidez humana exquisito. Nos atendió una señora muy simpática y doblemente profesional donde, no se limitó directamente a ofrecernos sus especialidades culinarias sino que charlamos brevemente de cuestiones intrascendentes que denotaba su buen hacer como ser humano, con total atención y respeto hacia sus clientes. De la comida mucho que decir y todo para bien. Comenzamos con un almogrote -marca de la casa-, muy suave, con algo de aguacate y delicado sabor (Exquisito), el pescado encebollado era bacalao y fue un auténtico manjar, sin menospreciar la rica carne de cabra que nos sirvieron. Ya no hagamos referencia al potaje de berros ligeramente licuado y su gofio (Quedé prendado). Los postres fueron caseros, mucha cantidad, riquísimos y contundentes. Total que, añadido a sus inmejorables precios, hacen de este lugar un sitio para recordar, publicitar y, sobre todo, volver. En todo momento de la comida, tanto el propietario como la señora camarera, estuvieron pendientes de nosotros que, sin importunar, nos hicieron la velada muy agradable. Para finalizar nos brindaron unos chupitos, de elaboración propia, que les denominan "El Gomerón" -Un gomero fuerte- como definió el dueño (jajajaaa....). Disculpad la verborrea pero estoy tan poco acostumbrado a encontrar profesionalidad y humanidad que me sorprendo. Cordiales Saludos y hasta la vuelta.