Trattoria L'impronta

La atención fue excelente. Lo único malo fue que fue difícil encontrar parking. Lo que me pareció muy amable fue que yo quise comer algo que no estaba en el menú pero me lo hicieron de todos modos... Y estaba riquísimo 😀. El pan🍞 también estaba muy rico - casero. La música de fondo estaba a buen volumen y muy bonita.

Wir waren heute im ersten Mal in diesem tollen Restaurant. Es hat uns super gefallen. In dem Restaurant stimmte alles angefangen von Ambiente bis super freundliche und gut geschulte Bedienung. Das Essen war geschmackvoll und sehr schön serviert. Es war ein Fest für Auge und Gaumen. Wir werden in jeden Fall nochmal kommen. (Traducido por Google) Hoy fue nuestra primera vez en este gran restaurante. Nos gustó mucho. Todo en el restaurante fue perfecto, desde el ambiente hasta el servicio súper amable y bien capacitado. La comida era de buen gusto y muy bien servida. Fue un placer para los ojos y el paladar. Definitivamente volveremos.

Ambiente y decoración estupenda, muy agradable y además tenían grifo de cerveza Peroni (muy buen comienzo) Fuimos a cenar y pedimos de entrantes la Capotana con burrata, un plato muy original y sabroso. De plato principal nos decidimos por probar los Raviolis de setas y salsa trufada que presentan como uno de sus platos estrella, y sin duda es uno de los mejores que hemos probado en mucho tiempo. De segundo principal nos decantamos por la Pasta amatriciana, que, aunque no fue la mejor que hemos probado,no estuvo nada mal. De postre nos dejamos igualmente recomendar y probamos el souffle flambeado, una delicia.

En la Trattoria L’Impronta Francisco Vacas, quien fuese jefe de cocina en La Meridiana con el gran Paolo Ghirelli, elabora pastas caseras de calidad con destellos de cocina clásica y detalles de buen gusto. Muy sabrosos los raviolis de ricotta y espinacas y los tagliatelle con ragú de ternera blanca. Pero, sobre todo, mantiene viva la llama de aquella mítica Meridiana con platos clásicos como este rump steak a la Robespierre, un lomo de vaca con romero y pimienta verde que se sirve con salsa bearnesa y patatas bien fritas.