Hacia mucho que no íbamos por el Pàmpol y lo hemos encontrado cambiado y como siempre genial. La chica que nos ha atendido súper atenta. Hay un rinconcito con sofás que esta fantastico. Hemos probado un pastel de hojaldre con crema de mantequilla que está de vicio. Tiene un par de mesas en la calle, que siempre es un valor añadido. Sin duda no tardaremos tanto en volver.
Un sitio realmente acogedor, la comida riquísima y la atención de 10. Fui con unas amigas y alargamos la comida tomando un té hasta que se nos hizo las 19h. Volveremos sin lugar a duda. Por cierto, no disponen de pago con tarjeta pero se puede hacer un bizzum sin problema.
Me he enamorado de este lugar, y de la atención de la mujer que es inmejorable. Sin duda volveré y muy pronto. Sobresaliente lugar😍
¡¡¡¡Que bien hemos comidoooo!!!!
Lugar encantador, con rasgos vintage y con una amabilidad exquisita por parte de la persona que nos atendió. Excelente café y pastas deliciosas del día. Bien situado e ideal para empezar un paseo por la calle principal de la ciudad. Recomendado.
Un lugar genuino en Rubí con un concepto diferente, apostando por productos de calidad.
Hace tiempo estuve comiendo el menú del día, y aunque escaso para mí gusto, la calidad compensó en no hacer una valoración negativa, aunque me fuera con hambre.
Un lugar agradable y tranquilo. Tienen una carta de cervezas de lo más interesante (y frías, lo que se agradece enormemente con la que está cayendo). Para comer la carta no es extensa, pero la calidad de la cocina es tan buena que compensa de sobras.
Puedes también ir a tomar un café tranquilo y disfrutar del rincón de lectura.
Aquí te sientes como en casa. El sitio es súper acogedor, como una casita. Tienen opciones veganas por eso me encanta. La chica que te atiende es muy amable 😊 no se puede pedir más. Si vienes a Rubí este es tu sitio.
Desde que lo descubrí hace ya un año voy casi a diario. El café muy bueno. Hacen comida casera y pasteles adictivos. Ambiente acogedor y tranquilo, tanto para ir sólo/a, acompañado/a y con niños. El trato de los propietarios es muy cercano lo que te hace sentir aún más confortable. Para mi ya es un poco no básico en cuestión de bares.
Un sitio único de ir a tomar café y leer tranquilo o escuchar buena música con una cerveza artesana o merendar con niños mientras juegan y pintan. Un espacio para cualquier público (salvo para ver la tv porque no hay).
Menús originales y orgánicos.
Tartas recién hechas y un café excelente, a mi gusto.
Buen precio además
Un lugar muy agradable, con muy buena energía y con unas chicas muy amables. Se puede comer vegetariano y si no han puesto esa opción te hacen algún plato o te arreglan uno del menú que sea factible cambiar.
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