Don Miguel Restaurante

Un restaurante obligatorio para tomar cualquiera de las comidas del día en un espacio único, con unas vistas espectaculares. La comida muy rica y buena presentación. Precio aceptable. El servicio muy bueno. A nosotros nos atendió en la segunda terraza Juan, un profesional en su trabajo. La comida se sirve a una cadencia adecuada.

Excelente experiencia en restaurante Don Miguel. Vine de visita con mi pareja y sin esperarlo. Entramos para tomarnos unas cervezas y terminamos almorzando. El enclave es idílico, con unas vistas preciosas del puente desde las terrazas y la carta es exquisita en concreto, el risotto de rabo de toro. Relación calidad, precio muy buena, una media de 20 € por persona. El Personal fue muy agradable y rápido, no sirvieron la comida en un santiamén. 100 % recomendable.

Sin duda, el Restaurante Don Miguel en Ronda es una experiencia gastronómica excepcional. Las vistas panorámicas que ofrece son simplemente impresionantes, creando un ambiente único y encantador. La calidad de los productos utilizados en sus platos es innegable. La profesionalidad del personal se refleja en cada detalle, desde el servicio atento hasta las recomendaciones. El compromiso con la excelencia en Andalucía son evidentes en cada plato que se presenta. Sin duda, el Restaurante Don Miguel es un lugar donde se puede disfrutar de una experiencia culinaria de primer nivel mientras se contempla la belleza natural de Ronda.

El sitio tiene un paisaje espectacular, estuve tomando café y unas copa calidad precio está bien, si es cierto que el servicio es bastante lento, quisas algo desorganizado ya que había gente que pedían y no les llegaban las consumiciones y terminaban marchándose, pero en general bastante bien si quieres disfrutar que un poco de tranquilidad con un buen paisaje espectacular

Sitio muy bonito donde comer en ronda, para su localizacion no es espacialmente caro. Las croquetas estaban excelentes, no sabria decir si caseras pero buenas estaban, y el pollo tenia una salsa de perejil y ajo que me recordo a mi infancia, sin dejarme llevar por la nostalgia, tengo que decir que tambien estaba muy bueno. El unico pero que puedo decir es que estaba del tiempo (tirando a frio) pero como no me suele importar, me lo comi sin mas, mi pareja tuvo que pedir que se lo calentasen, no hubo problema con el servicio. Creo que lo peor de todo es el frio que pasamos (a pesar de los calentadores) y lo molesto del viento. Puede que le viniese bien una cristalera para no quitar las vistas pero poder disfrutar de la comida sin la necesidad de tener que llevar el chaqueton puesto.

Un sitio espectacular, unas vistas inmejorables en ronda, y pese a la duda por algunas reseñas malas que me hicieron dudar, me he ido más feliz que una perdiz. Un sitio bonito, romántico y con una atención buena, los camareros encantadores y encima te recomiendan los platos que más merecen la pena sin equivocarse. Nosotros tomamos unas croquetas de puchero muy ricas y un calamar generoso muy muy bien cocinado. Sinceramente un ole por este sitio y menos mal que hemos venido, nada nada caro para lo que ofrecen y donde está! Viva ronda!