Restaurante La Finca

El lugar es precioso, cada cosa cuidada al detalle. Las luces, la música de fondo, la presentación de los platos, el sabor de cada uno de ellos, y como no, el servicio. Amable y recomendando sus puntos fuertes. Álvaro, educado, amable , profesional !! Vistas impresionantes de noche y nos recomiendan ir de día porque se ve el mar. Volveremos sin duda. Ah! El precio bastante asequible y perfecta relación calidad/ precio. Gracias

Un sitio con un ambiente de lujo y unas vistas inmejorables, con gran espacio al aire libre y distintas zonas para disfrutar de la comida / café / copas y, por supuesto, del atardecer. De los platos que he probado, el Arroz del senyoret, arroz meloso de carrillera y las croquetas de puchero, serían mis favoritos. 🤵 Destacar el trato super agradable que recibimos por parte del servicio.

Establecimiento ubicado en una montaña próxima a la costa, lo que proporciona unas vistas increíbles. Dispone de una amplia terraza exterior donde disfrutar de la cuidada cocina que ofrecen. El servicio es rápido y atento. Dispone además de piscina y terraza chill out donde poder disfrutar del entorno.

Una experiencia de 10! Fuimos a cenar en verano y tanto el trato como la calidad fueron impresionantes. Que decir, que fui la afortunada de ganar un premio valorado en una paella para dos (su especialidad) y una botella de vino. A los meses volví con mi pareja y junto con unas croquetas, la morcilla y una milhoja (espectaculares) dimos cuenta de ello. Siempre atendidos por un servicio impecable y super profesional. No hay dos sin tres por lo que repetiremos pronto.

Nos sorprendió, y para bien, la experiencia La Finca. El establecimiento, ubicado en lo alto de una colina permite disfrutar de unas vistas inigualables del paraje de la Axarquía y la costa. El local podría recordar en la distancia (temporal) a aquellos merenderos a los que solía ir con mi familia en mitad del campo, de pequeño. Pero nada más lejos de la realidad. La dirección, con elegancia y cariño, ha convertido el entorno en un emplazamiento en el que se puede disfrutar gran parte del día, desde el aperitivo a la cena pasando por las copas en su mirador con vistas. La carta también ha sido confeccionada con mimo y sentido. Los entrantes alternan una selección de clásicos (como las croquetas y las bravas) con otros más modernos pero estandarizados (como los tartares y los bao) y finalmente algunas sorpresas como el original taco de atún o el canelón de chivo malagueño. El resultado consigue, por tanto, contentar al comensal más conservador al igual que al más atrevido. Pero el plato fuerte de la Finca viene después. Su especialidad son las carnes a la brasa y sobre todo las paellas, cocinadas al estilo valenciano y con un saborazo que nos ha dejado con las ganas de volver una y otra vez para probar las diferentes variedades que ofrecen. Enhorabuena a la gestión, estamos deseando tener una excusa para volver por Málaga y dejarnos caer, o más bien volar, por allí.