Q11 Restaurant

Acompañados por un amigo Mallorquín, nos llevó para que disfrutasemos de una velada auténtica... Extraordinaria!! La atención del gerente sublime, nos recomendó unos vinos blancos en sus dos variantes espectaculares, así como unos entrantes para disfrutar de la variedad de la carta!! Todo en su justa medida, en una ambiente muy agradable y fabulosa conversación. Repetiría segurísimo!!

Céntrico restaurante mediterráneo. Lo que pedimos estaba muy rico. Pedí arroz cremoso con pescado y mi esposo ravioles rellenos. Los platillos para niños son ligeramente más variados y mejor servidos que en la mayoría de los restaurantes. Ofrecen vinos de variedades de uva local. El servicio fue bueno y la terraza agradable. No sé si en verano esté demasiado calurosa. Las vista es agradable ya que se encuentra en una de las plazas principales.

Hacía tiempo que no me atendían tan bien. Lo recomiendo 100% no solo por el servicio que es fantástico, si no por la comida, todo buenísimo, cuidan todos los detalles, tienen opciones veganas, están haciendo una carta específica y también tienen opciones sin gluten Cenamos ayer y disfrutamos muchísimo Calidad precio muy buena Y el local por dentro chulisimo

Fuimos tras ver las gratas recomendaciones en TripAdvisor. La camarera muy agradable nos recomendó los platos típicos, y que más le gusta a la gente. De primero una ensalada de alcachofas fritas con remolacha y helado de cebolla, la cual a cada bocado nos refrescaba en este día tan caluroso. Como acompañante un pan de ajo con sus aceitunas, que repetimos pero esta vez con alioli. De segundos platos, elegimos el carré de cordero con puré de patatas y una crudite de verduras, espectacular sinceramente; y los ravioles de cordero con salsa de remolacha, muy ricos igualmente. De postre, una panacota con frutos rojos y un servifrio (un cono truncado) de almendras helado, ambos terminaron amenizando la velada como mejor podía pasar. Cabe destacar la gustosa decoración con cuadros de un pintor afincado aquí pero de origen siciliano repartidos por toda la sala. Coste total elevado, pero como se suele decir, un día es un día y no ha habido mejor día que este.

La comida es buenísima, lo mejor el tataki de atún que se deshacía en la boca. Las tostas son algo pequeñas, recomiendo pedir una tosta y plato principal por persona para no quedarse con hambre. El sitio es muy agradable para estar en la terraza, estás en plena plaza de Pollensa y por la noche corre brisa. Los camareros son atentos y amables. Recomiendo reservar ya que la plaza se llena bastante.