Casa Carlos Restaurante

Comida de 10, pedimos el tartar de Atún que estaba espectacular. Luego pedimos unas albóndigas de wagyu que estaban fuera de carta y fue la mejor elección de la noche 🤤. Como plato principal pedimos el solomillo de res a la brasa y otro solomillo de cerdo con salsa de manzana (que no recomiendo, porque aparte de estar un poco seco, fueron 4 trozos y cuesta 18€) Sin contar ese plato, la cena fue maravillosa y la tarta de queso buenísima! Fueron 100€ con 2 copas de vino y un agua. Para ocasiones especiales es un lugar idóneo

Comida excelente. Para empezar, una atención exquisita por parte de los camareros y mucha rapidez. Muy buena calidad de todo lo que pedimos. Los scampi diablo (langostinos al ajillo) estaban muy muy buenos. La hamburguesa de wagyu increíble también. El entrecot a la brasa estaba rico, aunque algo más durito de lo esperado. Destacar que con esos tres platos para dos personas, acabamos muy muy llenos ya que vienen bien acompañados con patatas fritas caseras y pimientos del padrón. Como anécdota, me tocó un pimiento del padrón de los que picaba (el primero en mi vida con 30 años y muchos comidos) y me ofrecieron rápidamente leche para calmar el picor, totalmente gratis. En general, me ha parecido una relación calidad/precio de 9/10, ya que, en cuanto al pan, me parece un poco excesivo pagar 2,25€ por cada bollito. Aunque venía acompañado de unas mantequillas caseras muy ricas. Aunque eso no quita que se merezcan el 5/5.

Lugar ubicado en el muelle de Rubicón, en la isla de Lanzarote Local amplio con vistas al mar, cuenta con una gran terraza exterior, además de un espacioso comedor interior con aire acondicionado. Su personal es amable, educado y muy servicial, atentos en todo momento. Buen ambiente en general. Su comida, en mi opinión algo dividida mi sensación al respecto. Pedimos ostras, pero estás eran pequeñas y venían algo congeladas para el valor 6 euros cada una. Luego la ensalada de casa, a pesar que era producto fresco, no tenía nada en particular o especial, solo era un conjunto de verduras y fruta presentada de manera muy simple, sin ningún toque que la hiciera diferente o con algún sello. Y como principal pedimos wagyu, si viene cierto la carne estaba sabrosa, pero está no estaba a la altura de un wuagyu, la pedimos poco hecha, pero venía algo pasada de punto y no era tierna como debía de ser. Ahí nos quedamos algo insatisfechos y con dudas. Postres, una panacota y un volcán de chocolate, el primero algo denso, poco homogénea, causaba una sensación rara en boca. En cambio el volcán de chocolate estaba buenismo, muy bien logrado, una explosión de sabor. Sus precios son más bien medios a altos. Te cobran la degustación de mantequilla y el pan, mantequillas que por lo demás muy buenas pero que se debería avisar el cobro antes de servir. Es un lugar para conocer y probar, si. Comer y disfrutar un buen plato o beber una copa frente al mar. Lo recomiendo.

El sitio es muy bonito con vistas al mar, la comida buenísima y el trato súper bien! Pedimos una ensalada fuera de carta que nos recomendaron y estaba increíble, un pan de ajo, solomillo a la brasa (en su punto) con patatas de la tierra y verduras, también pedimos dados de solomillo en salsa y de postre panacota con maracuyá y todo estaba increíble! Lo único que nos pareció un poco caro el barraquito sin alcohol (5,20€ un café con leche condensada…) pero en resumen recomiendo visitar este sitio :)

Encontramos este sitio por internet y ha sido todo un acierto. Hay parking en el restaurante para toda tranquilidad. Fui con mi pareja a celebrar nuestro aniversario y todo salió de maravilla El servicio muy atento y agradable en todo momento. Dando recomendaciones y haciendo la velada espectacular. Nos tenían preparada la mesa en la terraza como pedí. Las vistas y el atardecer insuperable Todos los platos que comimos riquísimos un 10! El precio medio por persona con bebidas, entrante, principal y postre son 50€, que se pagan con gusto! Sin duda recomendaría este restaurante para una ocasión así u otro tipo de celebración

Comida espectacular (recomendable el pulpo y el pescado del día). Servicio impecable, camareros muy atentos y muy simpáticos. Vistas inmejorables. Repetiríamos sin duda. Lo único, fuimos a las 21 pm sin reserva para ver si habia sitio (que lo había) y saber si era posible ir un poquito más tarde, tipo nueve y media, teniendo en cuenta que la cocina cerraba a las 22. Le pregunto cuál sería la hora idónea ya que no queríamos tan pronto porque no teníamos aún hambre y la señora de la entrada me contestó que YA, le dije que aun no queríamos entrar y que nos lo pensaríamos. Al decirle que nos lo pensaríamos, nos dijo de forma cortante que vale, que fuéramos cuando tuviéramos hambre . Fue bastante poco simpática pero quiero pensar que es por el agobio del trabajo, y la verdad es que el resto de la experiencia hace que este detalle pierda relevancia.