Ca'n Joan De S'aigo (baró)

Estuve esta mañana desayunando con la familia. El local tiene cierto encanto; no es enorme, pero tiene bastantes mesas. Cuenta con una decoración como un poco renacentista, es como entrar en un local de época; el terciopelo, las lámparas de lágrimas con cristalitos colgando, camareros uniformados, etc, están muy presentes. La carta es variadilla, hay cosas dulces y saladas... Sólo pedimos cafés y ensaimadas individuales (que tienen clásica, de nata, con chocolate, con crema tostada, con manzana...). El sabor es muy muy bueno; merece la pena ir y probarlas, aunque no sea especialmente barato (cierto es que la clásica y la de nata son las que más nos gustaron; las de otros sabores eclipsaban el sabor de la propia ensaimada). También tienen grandes para llevar. El trato no fue malo, y no son lentos. Volvería encantado.

Local increíble para desayunar o merendar en el centro de palma de mallorca. El ambiente es clásico y lujoso, pero sobre todo embriagador por el exquisito olor de los dulces que preparan dentro en su obrador. En nuestro caso degustamos tres ensaimadas y tres cafés. La mia llevaba sobrasada...¿que más se puede pedir? Además tuvieron el detalle de invitarnos a probar un bizcocho casero buenísimo. La experiencia en su conjunto es un viaje en el tiempo y merece mucho la pena. Servicio muy bueno.

Ca’n Joan de S’aigo es el sitio clásico donde tomar algo y sabes que va a estar muy bueno. Tantos los helados como el chocolate caliente son excelentes combinaciones para mezclar con una coca de patata por ejemplo. El único inconveniente que le veo es que los cruasanes se acaban enseguida. La atención al cliente es positiva. Este local se encuentra por Paseo Mallorca, fácil de acceder.

Un lugar idóneo para degustar las exquisiteces dulces de la gastronomía mallorquina. El local está reconocido como una de las chocolaterías más antiguas de Europa, tiene varios establecimientos en la ciudad, nosotros fuimos al del carrer del Baró de Santa Maria del Sepulcro. Nos encantó por la amabilidad de los camareros, por el ambiente (que te transporta a otra época) y por sus deliciosos dulces. Nos pedimos una ensaimada que fue la mejor que había probado en mi vida y también tomamos un quarto, bollo típico que igualmente nos gustó mucho. El servicio es muy rápido, por ello, aunque veas que el local está lleno y tienes que esperar, que eso no te importe ya que enseguida conseguirás mesa. Y de verdad que merece la pena la espera.

Bonito local con encanto. Conserva la esencia Mallorquina por todos lados. Especialidades mallorquinas de repostería, ensaimada, cuarto( bizcocho dulce) , empanadas, cocarrois. Acompañado de un buen chocolate caliente. Y lo mejor, sus helados artesanales. Hacen encargos para llevar. La única pega de hoy es hacer cola para pagar..algo muy mejorable. Buen trato y mejor servicio. Muy recomendable