Bioko Oviedo

El local está situado en un centrico local amplio y espacioso, moderna decoración, que hace que el cliente se encuentre comodo y a gusto, sus menús son bien equilibrados y servidos por, empleados muy profesionales, y complacientes. Aconsejamos su visita. Hay que destacar, la decoracion super moderna, merece mi felitación Visitenla.... Avanzado a nuestra época.

Ubicado en la denominada "Ruta de los vinos", entorno peatonal y a muy poca distancia entre la estación de autobuses y la de RENFE, se encuentra este pequeño pero acogedor local de comida fusión. La temática es clara, un lugar de respiro en la selva urbana, donde a través del arte representado como platos, te permites un tiempo de descanso, tan poco valorado hoy en día. Los baños limpios, frescos y con un hilo de fondo que aparentan ser pájaros. La comida, como no podía ser de otra forma, es hecha arte con presentaciones claras, esbeltas y limpias. El sabor de las mismas, lleno de matices, transporta el paladar a lugares que, aún estando muy lejos, permiten al cliente imaginar los mercados asiáticos o las esencias de las especias mezclándose en el interior de la boca. Una carta de vinos no muy extensa, pero tampoco escasa, permiten que el comensal decida si quiere acompañar con un rosado, un blanco... Tras pedir, no tardan nada en presentar los platos de forma ordenada y precisa, algo que da la sensación propia de un servicio al cliente excepcional. Los platos pedidos, fueron los siguientes: * Uramaki negro: plato frío (de ahí el uramaki) de salmón, pepino, queso crema, tobiko (huevas de pez mantequilla) y pulpo (cortes de los tentáculos hechos al punto perfecto para no estar duros). El plato consta de 8 piezas de uramaki a un coste de 18 €. Para mí, un acierto de plato por la cantidad de sabores diferentes y diferenciables. Un plato principal perfecto para abrir la veda de saciar los sentidos y el estómago. * Dúo de asados: plato caliente de puerro y berenjena pelada (limpia de piel para poder comer entera), con salsas de cerveza negra y otra salsa romescu por separado en el plato, acompañado de queso rayado por encima.Es el propio cocinero quién sale a rayar el queso en la propia mesa tras describir el plato. Equivalente a 2 puerros y 2 berenjenas tamaño medio por un coste de 16 €. Haciendo una crítica constructiva, quizá un precio algo elevado para el contenido del plato. * Brioche de cochinillo: plato caliente de cochinillo, lombarda al ajillo y pera con miel. El brioche es cama para la pieza de cochinillo especiado, acompañado en el centro del plato por la lombarda y un pequeña pera con miel que aporta un toque dulce exquisito. Para mí, el mejor de los platos por cantidad, precio y un sabor excelente. Este plato consta de una pieza central de cochinillo (a mi entender, perfecta para 2), un brioche tostado, la lombarda en tiras en el centro y una pequeña pera con miel por 18 €. * Mousse de chocolate blanco: con una presentación absolutamente innovadora a modo bonsai, contiene algodón de azúcar, chocolate de cobertura, una bolita de helado de lima, galleta oreo triturada a modo tierra y la mousse de chocolate blanco en el fondo. Un sabor auténtico, refrescante y de repostería de altísimo nivel por 9 €. * Para ultimar el menú, acompañamos de vino blanco verdejo (suave y de precio medio 20 €) y una ración de pan de cristal (viene tostado y acompañado de aceite y tomate triturado con un poco de ajo, para servir al gusto). Todo esto, tan sólo hubiera sido un menú típico de un local de estas características de no haber sido por un factor que siempre se echa un poco más en falta: los profesionales y la atención al público. La chica que nos atendió de forma casi individual, es amable, cercana, atenta a cualquier incidencia posible y rápida en el servicio que, obviamente, puede realizar gracias al trabajo de los miembros de cocina. Es gracias a ellos, que tomamos la decisión de regresar pronto para seguir disfrutando de una experiencia que es imposible olvidar. A título personal, gracias a TODO el personal, en especial a ti Noelia. Cuesta encontrar profesionales como vosotros. Edito reseña para comentar nuestro regreso a este fantástico lugar. Meses después de haber ido por primera vez, digna mención sobre la puntuación que merece: 10/10. Atención del personal (tanto de cocina como barra y mesa), temática, sabor, presentación, precio, producto, ubicación...nada malo que resaltar.

Comimos alcachofas , Uramaki y las gyozas de 3 sabores . ( menú del oferplan ). Las alcachofas ( que es una cosa que no nos gusta ) estaban muy muy ricas . En su punto , 2 corazones muy guapos y con una salsa espectacular . Uramaki muy bien , bien presentados , buena materia prima , aunque faltaba un poco más de sabor a langostino . Las gyozas brutales , y con una salsa de soja buenísima tb . El postre tb muy bien . El sitio está muy bien decorado y el personal atento , agradable , servicial y rápido . ( el primer plato tardó unos 20 min , que no está mal y los demás salieron cuando estábamos acabando el anterior , el postre rápido una vez que lo pedimos ) . En resumen , para repetir . Comida bien preparada , buena materia prima , excelente presentación , muy buen ambiente y personal de calidad . 5 estrellas en toda regla .

Restaurante con una llamativa y bonita estética 'salvaje', situado en la Ruta de los Vinos, lugar privilegiado de Oviedo, muy cerca tanto de las estaciones de autobús y tren como de la calle Uría. La comida estaba deliciosa. Fuimos tres personas y compartimos unos entrantes (croquetas de gambas al ajillo y cecina con queso de cabra, y gyozas de pato, estas últimas fuera de carta). Como platos principales elegimos uramaki, cañón y pita (carne de cordero deshilachada con salsa de yogur y pequeños panes de pita... su versión del conocido kebab, estaba espectacular) y suprema de picaña. En cuanto a los postres, destacar la crema de queso (tarta de queso en versión crema), un auténtico manjar. Otro punto muy a favor es la atención y amabilidad del personal. En concreto, el camarero que nos atendió nos explicó cada plato que pedimos de forma individualizada, indicándonos sus ingredientes y otros detalles. Además, muy pendiente durante toda la comida por si necesitábamos algo. En suma, restaurante diferente a lo que suele encontrarse por la zona y muy recomendable. Repetiremos.