Tremendo Burrito

Hemos ido por probar y nos ha sorprendido, hemos pedido dos burritos diferentes uno de pollo con queso, arroz etc...y otro con entraña, arroz integral, frijoles etc...y nos han encantado, nos hemos quedado con las ganas de pedir los nachos que vimos en la mesa de al lado y tenían pintaza asique volveremos!!! Tienen variedad de ingredientes importante. Nos ha costado 18 dos burritos y dos bebidas el precio más o menos como en todas partes y el personal pues bueno gente joven y agradable.

Local que nos lleva de viaje para degustar parte de la gastronomía mejicana. Personal muy amable y atento. Hay que pedir en la barra. El local tiene pocas mesas pero eso no importa porque tienes una de las mejores playas a 2 metros y te puedes pedir la comida para llevar. Los platos son contundentes, destaco los nachos y los burritos de especialidad. También puedes crear el tuyo al gusto. Uno de los puntos que no hay que perderse de "pedrega".

UN PEQUEÑO LOCAL CON BUENA COMIDA. Teníamos muchas ganas de probar la comida de “Tremendo Burrito”, y por fin llegó el gran día. Tienen una pequeña carta que abarca burritos, boles, tacos, quesadillas y nachos (principalmente). Además de tener sus propias propuestas de burritos, te dan la opción de que tú mismo crees el tuyo propio, a tu gusto. Y si no tienes ganas de comerlo con la tortilla de harina, lo puedes pedir en un bol donde se sirven los ingredientes. Éramos tres comensales, y cada uno pedimos un plato. Ellos pidieron unos tacos “Santo veggie” y unos tacos “Ándale Chicken” (respectivamente), y yo me pedí un burrito que creé a mi gusto. Cuando lo creas tienes que elegir una base, luego el tipo de carne, qué complementos lleva y qué salsa quieres ponerle. Mi creación particular llevaba: base de lechuga, de carne entraña, frijoles, mix de quesos, cheddar, crema agria, pico de gallo, y salsa Yucatán. Los tacos tenían muy buena pinta, y venían con su tortilla de maíz doble (como debe ser). A ellos les encantaron. Uno de mis acompañantes se comió cuatro y quería más… Mi burrito estaba muy bueno. Los tres coincidíamos en lo mismo: todo tenía muy buen sabor. Yo me quedé bastante satisfecha, porque el burrito, tal y como promete el nombre del restaurante es “tremendo”. Nos quedamos con las ganas de probar los nachos, que tenían muy buena pinta, aunque para nosotros era fundamental que tuvieran frijoles, y estos no llevan. También tienen refrescos típicos mexicanos como los “jarritos”, que para mis acompañantes (ambos de origen mexicano), fue una alegría, aunque el precio no lo fue tanto (2,60€). El lugar es pequeño pero acogedor. Y tiene la terracita muy bien dispuesta, donde da el solecito. El chico que nos atendió fue muy simpático, y las dos chicas que trabajaban junto a él, también fueron agradables. En general me recordó un poco al concepto de “Chipotle”, una franquicia de restaurantes de comida rápida especializada en cocina Tex-Mex, donde además de pedir a la carta, también te puedes crear tu propio burrito, tu bol o tu ensalada. Al igual que aquí, no tienen servicio en mesa y pagas en caja. De cualquier manera, este restaurante no se podría catalogar de cocina rápida, pues lleva un proceso de elaboración más dedicado y lento, y los precios tienen la categoría de un restaurante y no de un “fast food”. Esta es la pega que le sacaría a este lugar: los precios me parecen bastante elevados teniendo en cuenta que no hay servicio en mesa, que pagas en caja, que el pedido lo haces rellenando una hoja… Tampoco vimos coherente que el guacamole no esté incluido en el precio cuando creas tu propio burrito. Por este guacamole tienes que pagar 1,90€ más del precio del burrito (que ya es de 6,90€). O sea, que si te creas tu burrito y se te ocurre ponerle guacamole pagarás un total de 8,80€, pero además te indican que si quieres un extra más de este guacamole tan caro, tendrás que pagar 1,20€ más, lo que nos daría un resultado de un burrito con guacamole por 10€ (en la foto de la carta podéis ver los precios y los extras). No entiendo tener que pagar 1,90€ más por el guacamole (no estamos hablando de trufa blanca), pero es que ya que lo pagas entendería que eso abarcara una cantidad contundente, y no que encima cupiera la posibilidad de volver a pagar para que te pusieran un poco más (absurdo). En definitiva, la comida está rica y nos gustó. Volveremos, pero esperemos que los precios se adapten un poco más al concepto, al lugar y al tiempo en el que vivimos.