Casa De Vinos La Odisea

Comida muy buena en una casa con mucha historia. Es lo último que queda del barrio de La Coracha. Quizás lo más llamativo es la terraza de la puerta pero puedo afirmar que el encanto que tiene la zona interior o el patio trasero te hace viajar a otro tiempo. Muy recomendable la pata de pulpo que parece ser el producto estrella. La cazuela de los montes es excelente y las albóndigas para mi gusto tenía la salsa algo sosa pero igualmente rica. Si vas con niños las lagrimitas de pollo son un acierto. Y tienen variedad de vinos de Ronda. No te vayas sin probar una copa. Muy recomendable!

Hemos comido hoy en La Odisea, nuestra última comida en Málaga y qué acierto y qué buen sabor de boca nos ha dejado antes de volver a casa. Hemos pedido la ensalada malagueña, la berenjena frita y la carrillada. Todo delicioso. En principio, íbamos a comer en la terraza pero nos sugirieron el patio interior, donde había más sombra y se estaba más tranquilo. Un sitio precioso y con mucho encanto. Si volvemos a Málaga, ojalá, seguro que volveremos a la Odisea para disfrutar de su comida, del sitio y de la amabilidad de los trabajadores.

Me sorprendió gratamente. Solo pedimos la milhojas de queso de cabra y la cazuela de los montes y quedamos completamente saciados los dos. Como se puede ver, las milhojas desaparecieron rápido, eso sí imprescindible pedir pan para untar. El enclave espectacular, aunque estuvimos dentro porque le día no acompañaba en exceso pero incluso dentro, se siente ese paisaje, todo en un entorno muy malagueño y hogareño. Como sus productos que son 100% locales. Incluyendo el vino. No vayas a pedir un Rioja o Rivera, en la Odisea solo tienen los equivalentes malagueños. Amor a lo propio que falta hace. En cuanto al servicio, nos tocaron dos chicas, mención a parte. No tanto por nosotros sino sobretodo por lo que observé en cuanto al trato atento y esforzado con dos clientes cercanos que tenían una discapacidad motora. y a los que, en todo momento, se les facilitó su estancia en el local, a pesar de que, por la arquitectura histórica del mismo, es un espacio no excesivamente adaptado. Comer dentro de un ejemplo de casa tradicional malagueña del sXIX es también otro lujo. He leído cuestiones sobre el precio y, sinceramente, no sé a lo que está acostumbrado la gente, pero estando en el centro, la relación calidad, cantidad, precio es más que razonable.

No conocía este sitio y me ha encantado! Casa de vinos y buena comida. La estética me encanta, al lado de la Alcazaba, tiene un patio muy coqueto y también el interior con la barra clásica y las barricas. De tapeo que eran raciones y medias pedidos la tabla de quesos de cabra que eran una delicia, el chorizo al vino seco que fue de locura y el tartar, todo buenísimo! Muy recomendable!