El Pimpi

Nada extraordinario en la comida pero la cantidad es bastante, pedimos unas frituras recomendada para 2 pero dejamos casi la mitad, al final terminas hastiado de lo mismo. La decoración es muy bonita, tiene muchas cosas interesantes pero en la comida no lo recomendamos mucho, además el servicio es muy rápido ,a veces demasiado como queriendo que salgas rápido y liberes la mesa para el que sigue. Recomendado pasar y verlo por dentro pero tal vez comer en otro lado.

Comi allí, en la terraza, tiene una ubicación muy agradable, pero los salones interiores tb son super bonitos y frescos. La comida está muy buena, aunque no es un sitio barato y las cantidades son pequeñas. El salmorejo muy bueno, el campero riquísimo, y el adobo bien. El servicio es rápido, demasiado, a veces me resulto agobiante, me ponían y quitaban cosas de la mesa todo el rato, a veces sin poderles decir q no me lo retirasen.

Comi allí, en la terraza, tiene una ubicación muy agradable, pero los salones interiores tb son super bonitos y frescos. La comida está muy buena, aunque no es un sitio barato y las cantidades son pequeñas. El salmorejo muy bueno, el campero riquísimo, y el adobo bien. El servicio es rápido, demasiado, a veces me resulto agobiante, me ponían y quitaban cosas de la mesa todo el rato, a veces sin poderles decir q no me lo retirasen.

Local mítico de Málaga. Puedes entrar simplemente a verlo, ya que sus puertas están abiertas. Sin reserva tendrás que hacer una cola que va relativamente rápida (20 min. aprox en mi caso) El servicio educado y la comida estuvo todo muy rico. En especial el rabo de toro (19€). Todo lo pedimos para compartir entre dos y salimos satisfechos.

Segunda vez que voy, pero la primera reserva en el salón de los barriles. Como siempre la atención muy buena y rápido en servir. Local bonito, pero demasiado ruido. Un ir y venir de gente paseando por el pasillo que da a las 2 calles, con tropiezos y gente pidiendo paso a gente que no viene a comer y solo están tomando fotos. Entiendo la razón, pero no comparto esta posibilidad siendo un restaurante y no un museo. Volveré a reservar, pero en el salón el palomar de Picasso que también está bien y menos ruidoso.

No nos alcanzó con una vez en dos días, tuvimos que volver al día siguiente. El ambiente es flamenco (lo que uno va a buscar a Andalucía). El menú variado con la oferta justa para no ponerse indeciso. El servicio, a pesar de que está lleno de gente y asuste la fila para entrar: impecable. Desde la calidez, las sugerencias y la amabilidad, hasta la simpatía. ¡Gracias Diego por servirnos de esa manera! Inolvidable. Mención para Laura y los anfitriones de ambos días que hacen un trabajo de locos. Es destacable que en un lugar tan turística te regalen tantas sonrisas. No suele ocurrir. Ah! La comida es exquisita. Vale la pena esperar los 15/20 minutos para entrar. Sin dudas volveré y lo recomendaré a los amigos.

Un sitio muy bonio, vale la pena visitarlo original y buen ambiente, aunque parece un pasa calle, no deja de entrar y salir gente tanto para ver el local como para tomar algo, una locura. La comida está buena el precio bien las raciones abundantes, el servicio rápido, hay que saber a lo que vas y lo que te vas a encontrar. Es un restaurante no un hotel.

Curioso bar típico andaluz con diferentes edificios juntos, unidos por un pasillo con escaleras, llenas de fotos de gente famosa que ha pasado por allí. Fuimos en semana con poco turismo y conseguimos sentarnos sin esperar. Todas las tapas ricas . Para mí la mejor berenjenas rebozadas con salsa de caña de azúcar especial. Servicio rápido. Camareros muy profesionales y amables a pesar del trabajo te sacan fotos casi sin pedirlo.Calidsd precio bien.