Los Morales

Fuimos a este pueblo a ver su castillo y decidimos entrar aquí para comer, fue todo un acierto. Pedimos menú a buen precio, todo muy rico y servido rápido y a la vez pero lo mejor fue el trato del personal sobre todo del camarero (BERNARDO creo recordar) que nos atendió que era muy alegre y simpático y eso se agradece enormemente porque te sientes cómo en casa además veníamos de hacer una ruta por otros pueblos y los camareros serios y con cara de enfado, cuando nos atendió este señor fue una alegría. Somos de Granada y nos pilla lejos pero si volvemos por la zona, que espero que sí, volveremos a su casa a comer. Muchas gracias por vuestro trabajo.

Desde el minuto 1 que llegamos la atención ha sido muy buena. Enseguida nos ubicaron en una mesa, nos dieron a elegir fuera o dentro ya que dentro teníamos que esperar pero tampoco mucho la verdad sea dicha. Nos quedamos en la terracita y muy a gusto. De entrante nos hemos pedido crujiente de queso camembert que es una delicia. Y después cada uno un plato. Mi pareja el solomillo de vaca madurada y tenia un saborazo y el punto de la carne perfecto. Yo me pedí el estofado de rabo de toro y de verdad no he comido ninguno tan bueno, se despegaba la carne del hueso y estaba muy pero que muy bien hecho. De postre nos pedimos torrija caramelizada de sobao pasiego, crujiente por encima y viene con una bolita de helado de vainilla y un poco de nata. El café muy bueno también. En fin, un espectáculo comer aquí. Sin ninguna duda lo recomiendo 100%. Si os gusta la comida de calidad no lo dudéis. Parada obligatoria. Dejo fotos.

Genial. Nos encantó el ambiente, el aroma a parrilla al entrar, la gran calidad de las carnes y otras especialidades como el boletus que pedimos. Pero casi diría que lo mejor, el exquisito trato por parte de los propietarios. Amabilidad de la que ya no se ve en estos días, tanto con nosotros como con el niño. Estuvimos muy a gusto, y esperamos volver pronto!

Nada más llegar nos tomaron nota y nos trajeron las bebidas. Comimos el menú que estaba muy bueno, y lo sirvieron muy rápido. Nos atendió Marisol que es muy atenta y simpática, con los niños tuvo varios detalles, como regalarles un postre y unas chuches. Sin duda si volvemos a visitar el pueblo comeremos otra vez aquí porque nos encantó.

Fuimos a ver el Castillo de Manzanares el Real, y sobre las 13:30h buscamos un lugar para comer. Nos dijeron que bajando la calle, al lado de la gasolinera estaba éste restaurante y no buscamos más. Al no tener reserva, nos meterieron al comedor, que con el día de calor que hacía apetecía más estar dentro que en la terraza. Nos atendieron con rapidez, los platos también llegaron pronto y bien surtidos. Vimos la carta a través del código QR, y además la camarera nos indicó otros platos que tenían y no venían en la misma. MariSol, nos atendió de maravilla. Excelente servicio de 10. Súper profesional. Rápida, eficiente, atenta, recomendando platos, muy amable, dicharachera, y sirviendo con alegría. La empleada que todo empresario quisiera tener. Sólo por ella merece la pena comer allí. Pedimos Lubina, muy grande y completa con ensalada, riquísima. Bacalao a la bizcaina ( un poco grueso y tal vez por ello no estaba bien hecho por el centro) pero estaba rico y con ensalada, muy buena. Albóndigas con patatas ( un poco crudas por dentro) El entrecot en su punto, por el centro buen sabor, por los lados regulín. Los postres muy ricos, brownies acompañados con una bola de helado, tarta de queso con frambuesa recién hecha y macarrón de chocolate ( no sabía lo que era, pero si te gusta el chocolate, te encantará, eso sí... empalagoso pero delicioso) Lo precios, especialmente de los platos, un pelín altos, pero para ir de vez en cuando está bien.

Un lugar muy agradable para disfrutar en familia con Marisol haciendo que te sientas como en casa. El único fallo fue la carne que me sirvieron estaba pasada de punto y no parecía que hubiera pasado por nada parecido a una brasa. He visto fotos del mismo plato y debí tener mala suerte 😔 Los postres eran caseros y estaban muy ricos