Rocio Boloix Espinosa de los Monteros
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La comida está muy rica, nos ha gustado todo. Me parece que habiendo tapa media y ración, la media se queda corta, más con lo rico está, te quedas con ganas de más.
El servicio muy lento. Excesivamente.
Ha sido bueno, los camareros simpáticos y agradables, pero la comida llega muy muy lenta. Es algo a mejorar.
Hago hincapié en lo rico que estaban los platos. El restaurante además está muy cuidado no le falta detalle.
A pesar de la espera creo que repetiremos, los platos lo merecen
Fui a comer el otro día y cumplió con todas las expectativas. Ademas de un servicio fantástico y profesional y una decoración muy elegante y atractiva, ofrecen comida buenísima. Molletes de pringa, ensaladilla rusa de centollo, arroz en lata, las croquetas de rabo de toro... ¡Todo buenísimo!
Es un gusto encontrar sitios que cumpla con todas las expectativas y toparte con profesionales agradables.
Repetiremos sin duda, fue un gran descubrimiento
Elegante decoración y amplio con mesas altas a la entrada y también disponen de un bonito reservado.
En algunos platos puedes pedir medias raciones. Comimos croquetas de rabo de toro (estaban muy buenas), huevos rotos con atún (no estaban malos pero no nos apasionaron) y chipirones en su tinta con arroz.
El servicio muy atento pero eso sí, un poco lento.
Todos los platos son de nivel alto, destacando especialmente sus croquetas de rabo de toro, la ensaladilla y la torrija que es espectacular. El local es muy agradable y tranquilo. La atención es de 10, sobre todo, si te atiende Manuel y los precio son comedidos, entre 30€ y 40€ por persona.
![4]( "Recensione")
Pocas cosas hay más gratificantes que darse un homenaje de platos populares con amigos. Para ello Casa Orellana se presta a la perfección.
En la carta, platos sencillos y de toda la vida a los que el chef les ha dado su toque personal. Lo más Interesante del menú es la posibilidad de adaptar el tamaño de las raciones en muchos casos (tapa, media y entera) que fomenta el tapeo que tanto nos gusta en este país y como fue nuestro caso. Estos fueron los platos que acabamos compartiendo:
- Croquetas de rabo de toro. Sabor a guiso del bueno y gran textura.
- Alcachofa encurtida a la brasa. Poca brasa y encurtido suave. Ni fu ni fa.
- Torreznos. Crujientes y tiernos, para comer como pipas.
- Mini hamburguesa de vaca madurada y mayonesa de encurtidos. Sin más.
- Mollete de calamares a la andaluza y mayonesa de ajos asados. Rico aunque algo difícil de comer.
- Mollete de pringá. Supo a gloria.
De postre quisimos salirnos de la típica tarta de queso tan de moda y optamos por pedir los otros postres que tienen en carta: Torrija con helado de turrón y Cremoso de chocolate, toffee, aceite de oliva y sal. Este último no convenció mucho, ni por aspecto ni por sabor aunque la torrija voló.
Acompañamos la cena con un Marqués de Murrieta que entraba solo.
PRECIO: 33,25€ por persona. Viendo cómo está Madrid últimamente, no está nada mal encontrar todavía sitios en los que poder comer a un precio asequible.
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Tenía muchas ganas de ir y ha cumplido enormemente mis expectativas. Carta reducida pero un acierto en todas las propuestas. Sabor de 10 y buen servicio. Además que el lugar es precioso.
Me quedé con ganas de probar los torreznos así que volveremos.
Perfecto para picotear porque tienes opciones de tapa, media o ración. Además que tienen cerveza Victoria.
Nosotros nos decantamos por la ensaladilla de centollo, corvina macerada con ajo y huevos rotos con atún.
Totalmente recomendado.
Un restaurante muy recomendable. La comida estaba muy rica y el trato del personal magnífico. Todos los platos que pedimos estaban muy ricos y las raciones son muy generosas. Para mi el arroz es imprescindible, pero también las carrilleras, que están muy jugosas y la salsa está riquísima. Postre no probé porque me quede muy lleno con la comida, pero tenían buena pinta.
A decir verdad me ha sorprendido gratamente este restaurante. Tienen una carta reducida, de cocina española, pero los platos han sido escogidos con acierto.
Me quedo con las hamburguesitas y la ensaladilla de centollo, ¡qué rico!
Como nota positiva decir que tienen música en directo.
Nuevo local de Casa Orellana, estilo sofísticado para una neo-taberna donde se come/pica muy bien a precios ajustados para la calidad ofrecida. El local es amplio, mesas altas en la entrada, una barra a la vista y una pequeña terraza poco acondicionada (no cubierta) para el frío a pesar de tener unos calefactores. Platos para compartir, tamaños justos, pero muy conseguidos. Recomiendo sin duda la ensaladilla, los molletes, croquetas, callos, atún picante, huevos rotos con atún o un lenguado a la mantequilla o torrija. Un sitio que he repetido y repetiré. Ticket medio entorno a los 30€
Local super bonito, tomamos una cerveza en la terraza, después pasamos al salón donde estuvimos muy bien. La comida fue fantástica, todo riquísimo especialmente nos sorprendió la tortilla de camarón, molletes, también tiene un gran carta de vinos.
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