Fass / Fassgrill

Me gusta por sus productos y ambiente. Cuando estuve no había mucha gente y tardaron un buen rato en atendernos, entiendo que por ser fuera de horario de comida. Estuvimos cerca de la puerta y hacía frío. La comida, rica, aunque con precios altos si comparo con los precios de la tienda. Sopa, y perrito gourmet con medio litro de 🍺 25€.

Me encanta. Especialidades alemanas (surtido ensaladas como patata o arenque), schnitzel, codillo, käsespätzle, goulasch, salchichas… el bretzel con mantequilla calentito está buenísimo y de postre nunca falla un kaiserschmarrn. No es barato, precio medio pero todo está muy rico! Además el local es precioso! Pagamos unos 18€ por persona. Al lado hay un supermercado donde venden productos alemanes, muchos del restaurante

Un clásico al lado del extinto Colegio Alemán en el barrio de Chamartín. Ideal para tomarse una jarra de cerveza y degustar ensaladas, codillo, chucrut y salchichas acompañadas por un delicioso bretzel y rematadas por un riquísimo apfelstrudel o cualquier otro postre. El local es amplio y la zona de aire más germano resulta cálida y encantadora. El personal sirve rápido, el horario es amplísimo y los precios bastante contenidos.

Estupendo restaurante donde acercarse a la gastronomía alemana. Estuve varios años viviendo en Alemania y este restaurante me trajo gratos recuerdos. Hay cosas que no son exactamente como allí, pero en general es una muy buena experiencia. Ambiente muy similar al de muchos restaurantes en Alemania y buena atención por parte de los camareros. La comida toda muy rica y bien preparada. Sin duda, recomendable!!!

El mejor restaurante alemán de la capital. Si codillo es una delicia, las salchichas espectaculares y las ensaladas y otros entrantes no se quedan atrás. Lo más flojo en mi opinión son los postres, cumplen sin más, pero si algo destaca es el personal sin duda, rápido, eficaz, servicial, educados... Es difícil encontrar gente tan profesional hoy en día. Hacía más de diez años que no iba por allí y mis recuerdos se despertaron, nada ha cambiado y espero que siga así mucho tiempo. Para repetir sin dudarlo.

Como estar en Alemania, el local está ambientado precioso ahora con toque navideño. La comida está exquisita y las raciones están bastante bien, además la atención es muy buena y el servicio rápido. Volveremos a probar más cosas la carta es muy extensa y nos hemos quedado con ganas de codillo. Los postres merecen la pena, dejad hueco para ellos, los crepes están de muerte.