Desde el momento que entramos una gran atención, nos habían asignado una mesa pero viendo que se les había caído una reserva nos cambiaron a otra mejor ubicada. La comida muy buena y el servicio del camarero muy bueno. Muy buen ambiente, con música y actuación en directo. No es un sitio barato, pero merece la pena probarlo.
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+5
Un coqueto espacio gastronómico situado a escasos pasos de la Plaza de Colón de Madrid con una carta que no defrauda. Una sólida propuesta en la que destacan recetas con sabor a tradición, elaboradas con las mejores materias primas y grandes dosis de amor: croquetas, ensaladilla, arroces, carnes y pescados. Una propuesta de calidad que se complementa con una cuidada bodega y unos deliciosos postres, todos ellos caseros.
Me encanto sin Sombrero! El ambiente es muy bueno, y el cachondeo de después vale la pena. La comida estaba decente, algo escasa para mi gusto pero en general bien. Repetiremos seguro.
Definitivamente no es un sitio al que uno va por la comida, sino a pasarla bien con amigos. Tiene un ambiente muy guay, desde que llegas ya tienen música muy animada y con un volumen un poco alto lo que hace un poco difícil mantener una conversación en la mesa pero que a la vez te va animando para pedir unas copas al terminar la comida y hasta bailar un poco a lado de tu mesa. Me parece un concepto muy original y se ha convertido en uno de nuestros preferidos para ir a cenar con amigos y de copas. La comida sin más, hemos probado el tartar de carne , calamares, lomo de vaca, etc.
El sitio es amplio y con estilo y bien ubicado en plena castellana. La carta es amplia y las raciones abundantes y de calidad. El ceviche y el tartar lo que más nos gustó. Recomendable
Simplemente magnífico!!!
Estupenda atención, el ambiente muy agradable (comimos dentro) la terraza también se veía bien. La comida exquisita, patatatas bravas/alioli, ensaladilla rusa, croquetas de jamón Serrano, Tartar de solomillo, merluza de pintxo y lomo de vaca rubia gallega. El postre fue tarta de chocolate, sabor intenso textura suave (impresionante) Sitio más que recomendable para el disfrute de todos los sentidos. Volveremos seguro.
Un lugar original, muy entretenido. La comida buena. No es barato pero merece la pena. Volveremos. Por ponerle un pero, la música un pelin alta.
Los grupos de restauración se apoderan de nadrid y parece que luchan más por conseguir un buen diseño que una buena comida . En este caso recrean ambiente años 20 donde destaca toda la iluminación que le ha un aire retro . La carta sin ser amplia es buena y la elaboración aceptable . Un servicio correcto y uno más a la moda de ver y ser visto . Me quede con ganas de ir al sitio contiguo .The Chapel que es de los mismos dueños pero solo funciona por la noche .
Restaurante muy de moda de Madrid. Salimos por 45 euros por persona con botella de Ramon Bilbao, postre y cafes. Pedimos de primero croquetas, ensaladilla rusa y pulpo a la brasa. Esto ultimo lo mejor. Para acabar un chuleton. No pongo 5 estrellas porque el chuletón estaba frio. Una lástima. Para terminar una tarta de queso
Este restaurante me ha sorprendido para bien. Tanto la decoración del local como la presentación de los platos me ha encantado. La carta es bastante amplia y con una muy buena relación calidad-precio. Quiero destacar como platos la albóndiga de buey con sepia, INCREÍBLE y la lasaña de bacalo, de las mejores que he probado. De postre, sin duda, recomiendo la torrija brioche con el helado de almendra. Voy a volver seguro.
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