Es un lugar muy cálido, el personal muy amable y hospitalario, con una comida estupenda y sin duda una muy linda experiencia. Sin duda lo recomiendo ampliamente. Los precios son muy razonables y van acorde a la calidad del restaurante. Gracias Órdago !
Espectacular. El mejor restaurante vasco de Madrid. Producto de calidad.
Restaurante vasco de cocina casera tradicional. El local es agradable, con una decoración muy sencilla y funcional. Su punto fuerte es que trabaja con un buen producto y elaborado con mimo. El personal eficiente y atento.
Nos trajeron un salmorejo de aperitivo y nosotros pedimos un par de entrantes, revuelto de bacalao y unos chipirones rellenos en su tinta. De principal un bacalao Órdago, al estilo de la casa ,merluza al horno y unas manitas de cerdo rellenas de mollejas de cordero, todo regado con un ribera, Venta las Vacas. Para finalizar disfrutamos de una tarta de trufa con natilla ligera y leche frita. Si vas por la zona de Ventas, merece la pena pasarse a degustar su cocina.
Restaurante de toda la vida con una comida espectacular.
Fuimos de cena de amigos, que llevábamos tiempo queriendo probarlo. La experiencia fue de 10.
El local es pequeño, no tiene muchas mesas, por lo que recomiendo reservar con tiempo. El servicio muy simpático y cercano.
Teníamos pensado una serie de platos pero son ellos mismos (salen desde cocina) a recomendarte en función a gustos y cantidad. Nosotros pedimos todos al centro para compartir.
Empezamos con un revuelto de setas. El huevo hecho a la perfección y las setas increíbles. Nos sorprendió muchísimo.
Continuamos picando los pimientos con morcilla. Fue de lo mejor que probamos, increíbles. Sin duda muy recomendables.
Además, pedimos las kokotxas, que tenían un sabor de 10 y que la salsa que les acompañaba era digna de quedarse mojando pan, y el Txangurro, que en principio pedimos sólo uno pero acabamos pidiendo un segundo de lo rico que estaba.
Para acabar pedimos 2 chuletones perfectamente fileteados, para facilitar el bocado, y en su punto de brasa y sal. Lo acompañamos con unas patatas y unos pimientos de piquillo.
De postre pedimos la tarta de trufa. Lo más normal de la cena.
En resumen, sitio agradable con MUY buena comida y al que volveremos sin duda. ¡Enhorabuena!
Y así de la nada uno se come un pescado sensacional disfrutando además de la cocina tradicional vasca.
Que experiencia tan increible, atendido por su dueño quien te hace sentir amigo de la casa, en un ambiente clásico muy acogedor.
El salmorejo de premio, al igual que las kokotxas al pil pil y el pargo. La carne estaba correcta plus.
De lo sitios que quiero volver a seguir probando maravillas.
Acudí a este restaurante porque había leído críticas que lo tildaban como uno de los mejores restaurantes vascos de Madrid, y sin duda alguna se sale con la sensación de que es el mejor en la ciudad. Productos de primera calidad y cocinados a la perfección, con todo su sabor y manteniendo la elaboración tradicional que estos llevan detrás.
El revuelto de bacalao fue lo mejor para entrar en situación, las almejas a la marinera están increíbles, las kokotxas de merluza al pil pil perfectas, se deshacen en la boca y el pil pil es la definición perfecta de cómo realizar esta suculenta salsa. La carrillera de ternera guisada al punto de miel igual que lo anterior, muy jugosa y con una salsa genial. Hasta el pan es un clásico de hogaza con el que os rendiréis a no dejar salsa de ningún tipo en el plato, y que no dudan en reponéroslo si se os acaba. Tienen también el detalle de servir de aperitivo un salmorejo de la casa, cuyo sabor no os va a dejar indiferentes, que está buenísimo, junto con unas aceitunas.
Todo esto lo acompañamos con un Txakoli también tradicional y para acabar pedimos para compartir su tarta de queso con mermelada de frutos rojos para ponerle la guinda al pastel.
El ambiente, al ser un restaurante pequeño, personalmente se agradece mucho porque estuvimos la mar de tranquilos aún estando lleno, y así la atención al cliente está más cuidada.
Sin duda alguna volveremos y lo recomendaremos siempre que podamos. 10/10.
Comida impresionante, sabrosa y muy bien elaborada, atención excelente!!! Celebramos un cumpleaños hace poco y salimos encantados!!! No es un sitio de postureo, es un sitio donde la gente que entra, es para comer o cenar muy bien, para disfrutar de la comida!!! El chef acude a la mesa a recomendar los platos a elegir!!! Un sitio muy acogedor con poquitas mesitas, por lo que vais a poder cenar tranquilos disfrutando de la comida y sin barullo alguno. Recomiendo reservar!!!
Excepcional. Suelo venir a este restaurante 2-3 veces al año con mi mujer, familia o amigos y siempre es un acierto. Producto fresco de primera, preparación casera y cuidadosa , trato exquisito y ambiente acogedor. Todo lo que se puede pedir a un restaurante de comida tradicional que año tras año mantiene su calidad. Emhorabuena
Hoy cenamos con unos amigos, hacia mucho tiempo que no íbamos, pero siempre con un recuerdo estupendo.
Esta vez, tanto la comida como el servicio fueron excelentes, disfrutamos de todos los platos que degustamos;
La existiera … muy buena
Las anchoas al horno … para chuparse los dedos, excelentes
Las necoras a la sal … impresionantes
Los caracoles … deliciosos, que salsa
Las almejas … buenísimas
El pargo, para dos exquisito
La ensalada de mollejas … buenísima
Entrecot de vaca …. Algo pasado de punto
La leche frita … muy rica.
Todo excelente, pero se torció de mala
Manera al final, tuve que solicitar la cuenta 3 veces … 40 minutos para recibirla … me levante y les dije que si querían contar, que tenían mi teléfono que me llamarán y que vendría a pagarles, con decirles que tuve que pagar en la entrada d l restaurante, con explicaciones y disculpas del
Chef, Antoni.
Todo vino por tener una cena de empresa de 12/13 personas que nos arruinó la velada, a gritos toda la comida un escándalo insoportable, una verdadera lástima, me atrevo a sugerir que se cuestionen este tipo de reservas en un espacio tan pequeño, hace insoportable el ambiente al resto de los comensales, algo que tiene que revisar la dirección.
Lo dicho la comida, sabores, texturas impresionantes, como hace treinta años cuando comenzamos a ir a este restaurante, el servicio de camareros muy, muy profesional, amigable sin pasarse, excelente.
El ambiente, ostensiblemente mejorable.
Enhorabuena por su cocina.
Un hallazgo en Madrid, cerca de la zona de las Ventas, en una tranquila calle. Pequeño y acogedor local con un buen ambiente. Clientela fiel , que repite y de siente como en casa. Magnifíca atención y servicio esmerado, desde que entras hasta que abandonas el restaurante. Además de carta , te comentan todos los platos aclarando cualquiet duda. Compartimos media de anchoas al horno y unas almejas, y de plato principal xangurro y bacalao al pil pil y de postre leche frita. Todo excelente. Buena carta de vinos y de postre leche ftita. Cocina primordialmente vasca. Muy recomendable. Volveremos
Clásico entre los clásicos haciendo desde hace décadas la mejor cocina vasca de Madrid. Un lugar para disfrutar sin preocupaciones ni agobios. Cocina de verdad. Producto de lujo, técnica milimetrada. Alubias de Tolosa, pescados al horno, chuleta... y algunas joyas escondidas como el txangurro, los caracoles o la lengua.
Una casa de comidas al más puro estilo del norte. Comida sin remilgos, disfrute sin remordimiento.
Pequeño comedor, 9 mesas, trato cordial, cercano, familiar. Productos muy bien elaborados. La Angélica todo un ejemplo de buen servicio al igual que el resto de compañeras. Andoni en cocina el buque insignia de este local. Todo un lujo disfrutar de esta cocina.......
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