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El servicio fue muy atento y nos recomendó genial. Un trato de 10! Todos los platos que probamos estaban buenos, además de los de la roto pedimos calamares fritos, que fue el plato que más me gustó junto con el arroz con pollo al curry, se notaba una textura muy tierna. Lo único negativo del lugar? Aunque el ambiente es muy acogedor y el sitio muy bonito, es que huele fuerte y cuando cocinan más. Nos fuimos con bastante olor en la ropa y pelo. Aún así volvería para saber si fue algo puntual, ya que cómo he dicho, los platos nos gustaron mucho.

En una zona cercana al P° del Prado, perfecto después de un día de museos. Nada mas entrar ves una bonita decoración en la planta a nivel de calle, y la del sótano también es atractiva. Los detalles en la mesa, los pequeños manteles de papel así como las servilletas son originales. Te atienden con amabilidad, la hamburguesa y la ensalada de alcachofa estaban muy buenas. Relación calidad/precio perfecta. Muy recomendable. Seguro que volveremos.

No se si tuvimos mucha suerte con este sitio porque era agosto o qué pero nos encantó. El sitio es pequeño pero muy bien decorado y la parte de abajo la tuvimos solo para nosotros. La comida nos sorprendió muchísimo, en especial el aguachile y los baos, ambos platos espectaculares. La ensalada de burrata y tomates muy rica y tanto la costilla como el ojo de bife riquísimos. De los postres los mejor el sorbete de mango. El de chocolate nos gustó un poco menos. El camarero que nos atendió súper atento y muy majo. Merece la pena y pudimos ir con nuestra perrita.