Palm Court

Fui el sábado a tomar el afternoon tea por primera vez allí. Éramos 2 y yo tomé la opción vegetariana (agradezco que la tengan): todo nos gustó mucho pero los dulces y los scones fueron liliputienses y creo que a 48€/persona podrían poner más cantidad (o aumentar el tamaño). Ya sé que es el Mandarin Oriental y que hay que recuperar la inversión efectuada en la reforma pero ello no es suficiente motivo como para dejarnos con hambre; en muchos hoteles de lujo de London te ofrecen más comida, sin recargo adicional. En el precio va incluida agua (en botella de vidrio), lo que está muy bien. La miel y las mermeladas se sirven en tarro de cristal, lo cual es muy ecológico. La vajilla es absolutamente preciosa. El Palm Court (donde se sirve) es un entorno que nos encantó, muy bonito, muy agradable; además había pianista en directo, lo cual es una maravilla. Los empleados fueron muy agradables y simpáticos, se ve que son muy profesionales, aunque se olvidaron de los scones y tuve que pedirlos (pero bueno, no es importante; nos pasa a todos). Recomiendo este afternoon tea? No mientras mantengan esta cantidad de comida, sale muy caro. He de resaltar un aspecto muy positivo: nos dejaron (yo diría invitaron) entrar con la perra… incluso le trajeron agua en un cacharro precioso; un detalle de agradecer. De hecho te dejan entrar con tu perro en ese espacio para comidas y cenas también. Creo que los amantes de los animales hemos de agradecer a Mandarin Oriental Ritz esta decisión, que sin duda es pionera y será imitada. Apoyemos a los sitios que nos dejan entrar con nuestros perros!!! Volveré? Sí pero a comer o cenar, a ver si me dan un poco más (aunque sea pan), que yo soy muy tragón.

Experiencia extraordinaria. Nos hemos sentido como verdaderos reyes. Escogimos el desayuno continental. Aparte de la exquisita variedad de alimentos, lo que más destacaría es el trato cuidadoso, cordial y sinceramente, perfecto. Siempre que voy a este hotel me hacen sentir muy especial. Me gustaría felicitar a la cámara que nos ha atendido hoy, una chica encantadora, así como a nuestro querido Joaquín, el cual siempre está no a la altura, si no un paso por delante de las expectativas, de verdad, un trato excepcional, felicidades a todo el equipo en general, hacéis del Ritz lo que es 💘❤️❤️ Espero veros pronto :)

Un lugar muy especial por lo que fue y lo que es. A destacar el servicio, siempre atentos en todo momento, muy agradables y midiendo muy bien los tiempos. Respecto a los platos, se nota la mano de Quique Dacosta en la elaboración de los mismos. Nos encantó especialmente el cochinillo, muy original y lleno de sabor. Mención especial a la tarta de queso. Soy un apasionado de este postre y puedo decir que es de las mejores que he probado en toda mi vida. Ya he acudido en más de una ocasión y el trato siempre es excepcional. Solamente me queda felicitaros por el magnífico trabajo que hacéis.

El pasado fin de semana acompañados de nuestra hija nuestro hijo y los nietos hemos celebrado 50 años de matrimonio las "bodas de oro ". Entre varias cosas teníamos la ilusión de hacer una cena (MUY ESPECIAL) La cena ha sido fantástica ,la comida excelente,y el trato recibido por el personal de restaurante lo mejor de todo.. Gracias por hacérnoslo pasar tan bien ....

Fuimos a tomar un té. Tienen muchas variedades, pero eché de menos opciones como el té matcha. El personal es muy amable y nos aconsejó para pedir un postre. Finalmente pedimos el de Yogur con helado de violetas. Me gustó mucho el juego de texturas con el crumble, la espuma del yogur y el cacahuete tostado. Con el té nos pusieron unas pastas y unos macarons. Estos últimos estaban demasiado húmedos y el sabor era poco intenso. Cada té son 10€ y el postre, 12€. El ambiente es muy tranquilo, con el piano de fondo. Después de la reforma, el espacio ha quedado más modernizado.

Íbamos a picar algo a la terraza a media tarde y cayó una manta de agua que les obligó a cerrarla y fue un poco decepción. Pero muy amablemente nos buscaron un sitio en el hall debajo de la cúpula (estaban todos los restaurantes hasta arriba) y probamos la carta del Palm court. Queríamos compartir algo de primero y es complicado porque los platos no están diseñados para ello, pero probamos un eclair con ensaladilla de cangrejo, rico y generoso, suficiente uno para tres personas, y una piadina de atún que ni fu ni fa De segundos todos pescados, lubina con hojaldre también para compartir, es para dos pero tres personas normales pueden comer bien, otros probaron lenguado y cabracho. Todo muy rico, bien presentado, y un poco decadente, sin excesos. Nos pusieron unos aperitivos curiosos y unos petit fours con la cuenta. Todo el personal súper agradable y atento, el hotel y el salón es espectacular. La carta de vinos es tremenda, en extensión y en precios, es complicado encontrar nada por debajo de 50 euros. Al final fueron unos 90 euros por persona, teniendo en cuenta que los platos principales no bajan de 55 euros y con los vinos es caro pero razonable. Como experiencia bien, pero antes de repetir iría a alguno de los otros restaurante que tiene disponible el hotel. Pero el conjunto merece cinco estrellas.

Cenar en Palm Court bajo la Cúpula de cristal, amenizado por un pianista en directo ha sido mágico. El trato exquisito. Felicitar a todo el equipo de cocina y sala, especialmente al chef por el maravilloso menú degustación que tuvimos la oportunidad de probar. Sin duda a la altura de cualquier restaurante con estrella Michelín. Destacar tres platos que para mi fueron una delicia. El esparrago blanco trufado, el erizo de mar con quisquillas y huevo de codorniz y la particular elaboración del lenguado meunière. Repetiremos la experiencia.

Reservamos para probar la experiencia de la merienda con el té. Nada más entrar te sorprende la claridad y luminosidad que entra por la cúpula. La merienda que cuesta 48€ no nos convenció, sándwiches muy normalitos comparados por ejemplo con los clásicos y deliciosos de Embassy y lo dulce excesivo.Sin duda volveré porque el lugar es espectacularmente bonito y acogedor pero no repetiria la merienda.