El Casco Viejo

Una pequeña taberna castiza con pocas mesas en las que sentarse. La carta es sencilla, nos pudimos tomar unas jarras de cerveza con unas raciones. Con las jarras nos pusieron unas aceitunas poco vistosas (que no sorprendían con el sabor) y unas patatas con ese punto rancio tan distintivo de este tipo de ambientes (muy logrado). La ensaladilla estaba bien y los calamares sosos pero decentes.

Un lugar muy práctico, comida económica y de cantidad razonable. Servicio rápido. Clientela de la zona y gente que va de paso. Tiene pocas mesas pero una barra que abarca casi toda la línea del bar. Muy luminoso con vistas a la calle y a la plaza a través de cristales amplios. El baño está bien. Se sirve comida típica, callos a la madrileña, papas bravas,... siempre ofrecen papas o aceitunas con la bebida.

Un lugar con cierto encanto, buena comida y precios razonables a medio paso de Gran Vía, al lado de la plaza Pedro Zerolo de Chueca. Bar de tapas clásicas, con sus raciones o medias raciones. Más que buenas sus albóndigas y su pincho de tortilla, de ración considerable. Muy amables en el trato. Siempre acabo yendo como recurso principal.

Un bar normalito, aunque con un servicio muy amable y con sentido del humor. El lugar en sí y los platos que comimos me hubieran hecho darle tres estrellas pero el servicio recibido y el buen rollo bien se merecen una estrella más. El factor humano tiene para mí una importancia destacada y volveré antes dónde me traten con cariño que dónde la comida destaca más pero falta la atención personalizada. Gracias. El ambiente, guay, las porciones, grandes (ensaladilla especialmente), la copa de vino, también. La ubicación, justo en la esquina al lado del Hotel San Lorenzo y con el Óscar enfrente.