Berdi Gaztambide

Lugar tranquilo, sin pretensiones pero con una excelente relación calidad-precio. Tiene mantel y servilletas de tela. No hay televisor y la clientela es la gente del barrio. Los dos camareros son estupendos, muy profesionales y atentos a todo, al igual que la señoea que hay en la barra del bar. El menú diario es de 13€ pero incluye varios platos verdaderamente exquisitos. Unas simples alcachofas rehogadas son una delicia para el paladar. Hoy en día, es difícil encontrar un sitio donde la comida no esté aceitosa o medio pasada y en este lugar, la cocina es superior. Los jueves, hay rabo de toro estofado que está suave y de escándalo (se deshace en la boca). Cremas, sopas, legumbres, pescado riquísimo y todo muy, muy jugoso. Lo recomiendo encarecidamente. Enhorabuena a los propietarios por la estupenda gestión y el equipo.