Rampujo Restaurante

Una experiencia cautivadora en el restaurante Rampujo: Sobao Pasiego con Mantequilla y Anchoa en Salazón maridado con Manzanilla Nave Trinidad de Bodegas Barbadillo Un lugar que cautiva a los comensales con su cocina creativa y sabores únicos. Recientemente, tuve el placer de visitar este establecimiento y probar uno de sus platos: el Sobao Pasiego con Mantequilla y Anchoa en Salazón, maridado con la exquisita Manzanilla Nave Trinidad de Bodegas Barbadillo. Permíteme decirte que esta combinación sorprendente es una verdadera delicia para el paladar. El plato comienza con un Sobao Pasiego, un bizcocho tradicional de Cantabria conocido por su textura tierna y su sabor dulce. En Rampujo, este sobao adquiere un toque especial al ser acompañado por una generosa porción de mantequilla, que se derrite suavemente sobre el bizcocho, aportando una cremosidad irresistible. La anchoa en salazón, con su sabor salado y característico, complementa perfectamente la dulzura del sobao y la suavidad de la mantequilla. Su presencia en el plato agrega una nota salina y umami que crea un equilibrio perfecto de sabores. Pero la verdadera magia ocurre cuando se combina este plato con la Manzanilla Nave Trinidad de Bodegas Barbadillo. Esta manzanilla es el acompañamiento ideal, ya que su perfil realza los sabores del Sobao Pasiego, la mantequilla y la anchoa. Sus notas cítricas y salinas acentúan los matices de la anchoa y aportan una dimensión adicional a la experiencia gastronómica. En resumen, mi visita a Rampujo fue una experiencia cautivadora, de servicio exquisito y mimo en cada plato que traen a la mesa. ¡ Volveré!

Los camareros muy amables, el trato muy bueno en todo momento e intentan cuidar muy bien la estética con las vajillas y los manteles y demás... Pero la relación calidad-precio me parece caro para el estilo que se pretende llevar. Por ejemplo, unos huevos estrellados con patatas del congelador/bolsa, pudiendo hacer las patatas muy buenas para el precio que se cobra se agradecería. Otro punto que no me gustó es que se pone el pan en la mesa y preguntan si lo quieres, pero muy forzado, incluso antes de pedir nada del menú... En resumen, muy bueno, pero calidad-precio caro.