Saona - General Gallegos

Estuvimos 19 personas en una cena/celebración familiar. Ya conocía esta cadena y su relación calidad-precio, y por eso elegí este restaurante. Al ser tantos nos ubicaron en la terraza y tengo que decir que el trato fue exquisito. La atención, de las que ya es difícil encontrar, y la comida, como siempre, muy buena. En definitiva, un acierto al 100%. Todos quedaron encantados y seguiremos repitiendo. Nuestras felicitaciones a todo el personal que nos atendió.

Buen trato por parte de los camareros, ambiente tranquilo y comida bastante rica. Los 4 sabores distintos de croquetas son todos impresionantes. La pluma ibérica, con las patatas y la reducción de Pedro Ximénez, es muy sabrosa, aunque haya que pagar un suplemento de 2 euros. La tarta de lima, un poco ácida, pero de las más deliciosas que he probado.

⭐️⭐️⭐️⭐️ 7,5/10 ✅ Pedimos el menú degustación (sábado cena) y en general todo bastante bueno. Hubo algún plato que no nos terminó de encajar pero en líneas generales todo correcto. ✅ Lo más recomendable es venir al menú del día un día de diario. Sale a muy buen precio y se come bien por menos de 15€ por persona. ✅ Todos los postres son caseros y muy ricos. Lo mejor las tartas. El vasito llevaba exceso de mermelada. ➖ El secreto ibérico sin más. Recomendaría elegir otro plato principal. ➖ El personal era amable pero un tanto “seco”. No se si fue cosa nuestra, pero a veces cuando íbamos a pedir algo, resultaba que el camarero que había cerca solo se dedicaba a recoger platos y te decía que se lo pidieses a su compañeros… esto nos pasó varias veces.

Tenía ganas de probar este sitio y fuimos a comer menú del día por 11,95€. Cómo hacía muchísimo calor nos cambiaron la reserva al interior que también es muy agradable. Todo estaba delicioso y hay muchas opciones entre primeros y segundos. El canelón de verdura y el pulpo brasa especialmente rico. La única pega es que parecía que se habían quedado sin vasos ni copas. Pedimos cambiar la copa de vino porque la copa estaba sucia y nos lo volvieron a traer igual, tuvimos que limpiarla nosotros. Por lo demás todo perfecto, servicio atento y muy buena relación calidad-precio. Toda la zona de alrededor es verde por lo que no se aparca muy bien.

Tienen tanto carta como menú degustación a un buen precio, tienen entrantes principal y postre, elegimos la opción de carta porque nos permitía acceder a otros platos que no estaban en el degustación como la tempura de verduras, súper recomendable, las croquetas y el pulpo también, aunque algunos platos tienen suplemento. De los postres el banoffe estaba bastante equilibrado no era demasiado dulce, por lo contrario el brownie si que lo era y parecía más bien una tarta de chocolate; el toque ácido de la tarta de lima te dejaba un buen sabor de boca después de comer. Comimos en la terraza y hacía bastante calor, así que recomendaría comer dentro ya que la temperatura era mucho más agradable.

El sitio es bastante agradable y con un precio asumible para la zona 12 euros el menú, eso si, NO INCLUYE LA BEBIDA, que es algo en lo que por regla general nadie se fija y ahí es donde te clavan. Los platos están muy elaborados y aunque hay algunos que son bastante escasos, están ricos. Los entrantes son escasos y aunque están ricos te quedas con ganas de más. Una cosa que nunca me ha gustado del sitio las veces que he ido es la lentitud en servirte. Da igual que estén llenos o no, van lentos y si tienes escaso tiempo para comer no es tu sitio, pero si vas sin prisas y puedes dedicarles 1 h y media larga para comer, sin problemas. Los postres son una maravilla y están riquísimos. Le pondría una pega bastante grande por lo desagradable. Las mesas hay que limpiarlas en esos recovecos que se ven, porque resulta bastante desagradable encontrar polvo y suciedad como se ve en la foto.

Estuvimos en la terraza. Nos ha gustado mucho. Buen menú del día, muy variado. Nos encantaron los entrantes, sobre todo, la ensaladilla y la tempura de verduras. El arroz de pato y alcachofas pasable. El canelón de verduras excelente. Los postres muy buenos. El problema fue el servicio, estaba desbordado. Pocos camareros para tanto público. Iban deprisa y eso resulta un poco desagradable. Con las prisas se olvidaron de una de las cervezas, pero lo más grave es que se olvidaron de uno de los platos que pedimos y hubo que esperar más de 15 minutos para que lo trajeran. Con un camarero más la experiencia hubiera sido excelente. También, si tuvieran cerveza Mahou mejorarían mucho. De todas formas, un lugar muy recomendable.