Heladería La Dolce Vita Cafeteria

Llegamos a las 20:23 ,helados recogidos, luces ya apagadas, y nos dice que está cerrado. También trabajo en hostelería exactamente en helados, y no tardas 40min para cerrar y menos en invierno. Tampoco nos da opciones Ni para llevar. En el horario de la Web Informa que cierra a las 9. Hemos cogido el coche para nada. Una pena y perdida de tiempo.

La verdad que no se merece una estrella ya que los helados y tartas están muy ricas. Las dos camareras estaban hablando entre ellas de sus cosas y le pregunto de que es la tarta y me responde borde y a mi chica cuando pregunta igual. Salimos a la terraza y no tienen clientes dentro y fuera todas las mesas están sucias. Nos sentamos en una mesa sucia y después de media hora siguen sin salir a recoger las mesas sucias. Solo decir que volveré porque está en el barrio y está rico pero el trato deja mucho que desear

Hemos estado unos días de vacaciones en Madrid, y la mejor experiencia que me he llevado es visitar esta heladería recomendada por una amiga. Los helados muy buenos pero lo mejor de todo ha sido el atendimiento que he tenido por una trabajadora. JESSICA eres la mejor, contigo la empresa seguro que gana mucho, no me refiero a lo material, sino al trato recibido, como en casa y acompañado con los míos. ¡¡Felicidades!! Y sigue con tu simpatía.

Soy clienta habitual de la heladeria, y es una pena el trato pésimo que hay ahora del personal que atiende, sin ganas de trabajar ni atender con un mínimo de respeto al cliente. Es una pena, porque los helados están siempre muy cuidados y los dueños tratan siempre con mucho mimo todos los detalles. Hoy hemos pedido 4 helados de avellana y pistacho, estando la avellana rancia. No hemos podido disfrutar del helado como habitualmente y con esa calidad que les caracteriza. Estábamos de acuerdo las 4 personas en que no estaba en buen estado. Se lo hemos comentado a las chicas q han atendido, negándonos la evidencia, con una reacción y modales no muy propios de una atención al público de calidad. Le hemos comentado que somos clientes habituales, vecinos y conocedores de los dueños y de sus dos negocios en el barrio y que conocíamos la calidad siempre de los productos y nos han contestado de muy malas formas, dándonos las espalda y huyendo sin dejarnos acabar la conversación o queja. Cuesta mucho levantar un negocio y ganarse una fama en el barrio para que luego lo tiren por la borda el personal que está detrás del mostrador.