Carbón

Fue una experiencia personal y gastronómica increible.Desde el primer momento fuimos atendidos por un personal muy amable y atento. Los camareros estaban pendientes en todo momento de cualquier detalle y con una atención muy profesional, dejando en todo momento tiempo para disfrutar y saborear la comida sin prisas ni agobios. El camarero que nos atendío nos aconsejó sobre cada plato como degustarlo, que carne y el punto de la misma era la mejor según nuestros gustos, siendo sus consejos siempre muy acertados. La comida tenía una presentación muy cuidada y una calidad excelente. Fue una velada maravillosa, en un entorno muy acogedor, una comida excelente y con un personal muy atento, amable y muy profesional que hizo del momento algo unico e increible y para recordar siempre.

Dejamos la reseña aparte de por la comida exquisita (mantequilla ahumada, ravioli de gamba roja, chuletón de vaca madurada y creme brulée de coco) por mencionar a Eugenio por su excelencia en el trato, en el servicio y en la experiencia que nos ha hecho pasar. Gracias a él, la comida ha sido aun mas sabrosa. Nos asesoró en cuanto al vino cuando no teníamos ni idea, acertando de lleno, nos asesoró sobre la cantidad de comida y nos aconsejó sobre puntos de la carne. Nos hizo reír, nis hizo fotos cuando se la pedimos y nos hizo sentir en casa. Da gusto dar con profesionales así de los que ya no quedan, y da pena que le quede tan poco para jubilarse. Genial la experiencia Carbon. Recomendable no, lo siguiente. Gracias por todo.

Hace unos días estuvimos 3 personas comiendo, por primera vez, en Carbón. El local es muy amplio, con una gran barra, los fuegos a la vista del cliente, una entreplanta y una primera planta con mesas, además de un reservado en la planta baja. Decoración sobria pero elegante. Pese a tener la reserva a las 15h de un domingo y estar el local bastante lleno, pudimos disfrutar de una comida agradable y no muy ruidosa. Empezamos con 2 entrantes: unas croquetas de txangurro y unos buñuelos de queso Idiazabal, estos últimos muy buenos. Compartimos también una de callos a la madrileña, sencillos pero sabrosos, y pedimos 3 platos principales, uno por cabeza: el solomillo a la brasa, muy rico (aunque llegó al punto y se había solicitado poco hecho), 1 cazuela de marmitako, también muy bueno, y 1 ración de cogote de merluza, que no estaba nada buena, hasta el punto de que tuvimos que pedir que nos la cambiaran, al parecernos el pescado poco fresco, además de frío y muy salado. Cabe mencionar que la atención de José fue excelente, nos cambió la merluza por un arroz con chipirones que él mismo nos recomendó y que, esta vez sí, estaba exquisito. También Cristina fue muy amable con nosotros, atenta y servicial en todo momento. Cerramos con 2 postres que compartimos entre todos, la tarta de limón y la tarta de queso, muy buenas ambas aunque especialmente la de limón (la de queso por lo visto es el postre estrella, además de aparecer en varias listas como una de las mejores tartas de queso de Madrid: me pareció bien hecha y equilibrada pero no excelente. Recomendable aún así). La casa tuvo el detalle de invitar a los postres, para compensar la mala experiencia con la merluza. En general, es un sitio donde se come bastante bien (a excepción del pescado estaba todo muy bueno), aunque es algo caro. 4/5.

Fuimos a cenar un martes, con reserva y en grupo grande. Nos atendieron en el Lobby estupendamente, sirviéndonos una bebida de bienvenida antes de acceder a la sala donde nos ubicaban. Una vez sentados, decidimos probar varias de sus recomendaciones, que fueron: Croquetas de jamón y croquetas de txangurro, las segundas riquísimas, con un sabor muy potente y un frito excepcional. Las croquetas de jamón estaban buenas, pero sin más. Tal vez las cambiaría por los buñuelos de queso idiazábal. Posteriormente seguimos con su tomate con ventresca, plato sencillo pero muy sabroso. Tomate de calidad, con buena textura y que rompía bien. A continuación, los puerros. Elección acertada como preludio del principal. Buena cocina a la brasa del puerro y la salsa de acompañamiento (romescu) ligera y sabrosa. Acierto también! Por último, tomamos el principal, un buen chuletón 🥩 al punto que aderezamos con una buena botella de Ribera, Malleolus, que tampoco falla. La carne estaba espectacular, con una ración generosa ya que muchas veces te la cuelan con el hueso, y tuvimos un servicio espectacular, atentos a todo tipo de detalle. En resumen, es un sitio estupendo para celebrar alguna ocasión especial, cena o comida relacionada con tu trabajo o simplemente ir a cenar con amigos una buena carne. El precio medio ronda los 60/70€, que depende siempre del bebercio. Nota: 8.5 / 10 👍🏻

Pedimos de entrantes unas anchoas del cantábrico acompañadas con pan cristal y media ración de croquetas de jamon ibérico, vienen 5 unidades. Ambos entrantes muy correctos. De principales unas chuletillas de lechal acompañadas de pimientos. Y un chuleton de vaca maduradas para dos. Ambos principales muy bien. De vino hemos pedido un Artadi de 2018, buenisimo. Postres tarta de chocolate y tarta de limon. La primera muy bien , la segunda bastante acida. Del servicio decir que tanto “metre” como hostess super atentos y majos. Aunque nuestra camarera se ha despistado bastante con botellas de agua que hemos pedido y que incluso nos ha ofrecido traer ella pero nunca paso. Muy recomendable.

Bonito restaurante, buen trato y mejor comida. La tarta de queso espectacular. Pero que cobren por dos rebanadas de pan y 4 aceitunas de aperitivo 3,60€ por comensal (7,20€) me parece excesivo y más cuando no lo hemos pedido. El resto de precios de la carta lo compensan así como el servicio de los camareros, muy atentos y profesionales.