Deleïte Restaurante

Local acogedor,como indican sin grandes pretensiones pero con una carta más que aceptable. Probamos el pulpo, las alcachofas y la ensaladilla. Todo espectacular. Servicio rápido. Único pero: al ser un local pequeño reverbera un poco el sonido, aunque también depende de lo alto que hablen el resto de comensales. En definitiva, muy buena elección para una cena diferente. Enhorabuena.

Maravilloso el producto, la atención, el ambiente, la perfección de todo ello emplatado en la mesa… todo 10/10. Solemos ir con una pareja de amigos que viven por la zona, y es un sitio para repetir. La relación calidad precio es óptima, está bien pagado por la calidad del producto y buena elaboración. Para repetir siempre

Es una maravilla venir a cenar a Deleite. La atención de 10, la comida de escándalo... se nota que cocinan con mimo. No os perdáis las alcachofas confitadas, la picaña, las costillas y el tiramisú... Está todo buenísimo! Y el pulpo con couscous que se estaban comiendo en la mesa de al lado, han dicho que era una delicia, así que para la próxima. Gracias, Leyre, ha sido un gustazo volver a cenar aquí

Pequeño y coqueto local, con una cocina de tapeo muy interesante. Personal agradable y atento. Poseen una sección de raciones para compartir, carnes/pescados y otra más amplia de tapas. Gran carta de vinos y cervezas artesanas. Se agradece que te pongan una pequeña tapa con la bebida mientras eliges lo que vas a tomar en carta. Primera visita: - Croquetas de rabo (9'90€, 6 unidades): melosas y rebozado perfecto, quizá echamos en falta mayor intensidad de sabor. - Huevo frito, cremoso de patata y trufa (9'50€): si te gusta mojar pan, puede ser una gran elección, pero llena demasiado y no inventa nada nuevo. (Ya no lo tienen en carta) - Tomate dulce semiseco con burrata (6'90€): el mejor plato que probamos, el dulzor del tomate, su intensidad de sabor. La mezcla que produce en la boca la acidez del aceite con la burrata...disfrute de sabores desde la primera a la última cucharada. - Tosta de oreja con cebolla caramelizada y mojo (5'80€): forma diferente de tomar la oreja de cerdo. - Tarta fina de manzana al horno con vainilla (6€): la manera perfecta de cerrar la comida para los que tampoco son de postres empalagosos. (Ya no lo tienen en carta) Segunda visita: - Ensaladilla de berberechos (16€): nos encantó - Costillas de cerdo lacado (13'5€): el hueso salía sólo, buena salsa de acompañamiento. - Canelón de pato trufado (12€): intenso sabor a pato con una bechamel diferente - Tarta horneada de queso (7€): no estuvo mal, quizá nos hubiese gustado más un pelín más liquida - Repetimos el tomate dulce semiseco (7'40€) y la tosta de oreja (6'80€). Precio de unos 20-30€ por comensal. Nos ha encantado el local, volveremos seguro a poder conocer más la carta.

Las mejores alcachofas que he probado nunca!!!!!…con un toque de miel y trufa, deliciosas. Pedimos también el tomate con burrata y aceite; brutal, y la tortilla fea de patata, puerro y trufa; en su punto. Una parada para coger fuerza muy recomendada. Pd. Nos pusieron un aperitivo con queso y aceitunas mientras esperábamos… un gran detalle.