Metro Bistró - Plaza Mayor

Ubicado en el corazón de Madrid, mi experiencia merece cinco estrellas, destacando la excelencia en todos los aspectos. Desde la entrada, se respira una atmósfera acogedora y moderna que refleja la esencia vibrante de Madrid. El servicio, impecable y amable, destaca por su profesionalismo y conocimiento de la carta. La verdadera joya es la comida, con platos que son obras maestras de sabores exquisitos y presentación meticulosa, fusionando la tradición española con toques internacionales y resaltando la creatividad del chef.

Un descubrimiento muy cerca de plaza Mayor, fuimos un grupo de 5, ordenamos 6 platos para compartir, agua, botella de vino y x cabeza unos casi 28€.. que vamos está súper bien xq las porciones son generosas y con muchísimo sabor. No le tomé foto a todos los platos, solo de la cesina.. pero recomiendo el grill de pato, rollitos de lombarda y la presa ibérica!

Nuestra primera cena en Madrid no podía haber empezado mejor, los camareros que nos atendieron tuvieron un trato impecable y fueron muy atentos en todo momento. Pedimos dos entrantes, a destacar las croquetas caseras. Los platos principales el steak tartar, uno de los mejores que he probado con una salsa picante aparte, y el arroz de 10. De postre cheesecake con dulce de leche perfecta para acabar la cena. Relación calidad-precio buena, dos entrantes, dos principales, un postre y una botella de vino 92€. Lo mejor la compañía. Muy recomendable!

El sitio es encantador y tienes varias zonas. Para tomar algo rápido nada más entrar y a unos precios normales para la zona (cerveza a 2,50) Una sala grande para comer y en la parte de abajo algo más íntimo para celebrar celebraciones privadas donde no te molesta nadie y cómodamente pueden entrar unas 35 personas. El personal muy amable y atento y la elaboración de la comida tbm es buena. Los precios son acordes a la zona. Recordad que estamos al lado de la Plaza Mayor de Madrid y la calidad y el buen trato de los trabajadores es muy bueno. Recomendable.

Todos lo que pedimos nos encantó. Los platos elaborados, con buena materia prima y bien de cantidad. De entrantes destacaría el hummus. Y de postre me quedo con la tarta de queso con dulce de leche y chocolate blanco. Una queja menor fue el ruido en el comedor. Había una mesa grande cenado al lado nuestro, que no nos permitía escucharnos bien entre nosotros.