La Simpática - Venta Sánchez

Muy buena la cómida sin duda. La atención del personal no era mala, había predisposición a hacer las cosas bien, pero se notaba falta de profesionalidad. Tal vez sea su punto flaco. Por lo demás, muy bien. Íbamos a comer y se estaba muy a gusto aunque faltaba algo de ambiente, la chimenea la tenían casi apagada y en estos sitios se agradece siempre fueguecito.

Fuimos un domingo, y nos sorprendió gratamente, ya que el personal que nos atendió, fue muy simpático y cercano, aconsejando en todo momento. La comida muy rica, eran platos tradicionales de venta antigua de los montes de Málaga, pero con un tique moderno y personal, que los hace diferente. Además el sitio muy rustico y bohemio a la vez en su decoración, y otra cosa que me encanto, es que no había ese ruido de las ventas muy concurridas y grandes, se podía comer super tranquilo y disfrutar de una buena conversación sin tener que gritar para hacerte escuchar.

Me encantó el sitio. Por fuera parece una venta pero ya intuyes que es algo especial. Dentro encontrarás un lugar espacioso pero acogedor con sus vigas de madera y su chimenea y con su rinconcito de actividades para niños, además es dog friendly. La carta no es la típica de una venta y las cosas que tenían fuera de carta eran geniales. Precios similares a los de la zona. Estaba todo buenísimo (croquetas de espinacas y roquefort, sartenas de papas y chistorra, sartenas de presa y salsa teriyaki, plato de los montes etc.) y no eran los típicos platos grasientos de las ventas. Los chicos que lo llevan eran super simpáticos (cumplen con las expectativas del nombre). El brownie del postre estaba buenísimo y te ponen una ración para dos personas al menos. El salón es enorme y la verdad, agradecimos que aunque había más familias no fuera el típico sitio abarrotado y ruidoso donde apenas puedes hablar y estás agobiado. Lo recomiendo a todo el que quiera disfrutar de los montes pero no ir al típico sitio. Ojalá os vaya genial chicos!!

Esta venta de los montes se aparta un poco de los típicos establecimientos que nos vamos encontrando por la carretera de Casabermeja. En ella predomina un ambiente juvenil y desenfadado, una atención de los más simpática y agradable y una buena calidad a precios muy razonables. Dispone de aparcamiento gratuito para los clientes. La carta no es excesivamente amplia, solo un folio, pero se ve complementada con una pizarra con sugerencias. Muy buen detalle es que nada más llegar te ofrecen una botella de agua de cortesía, con lo que no necesitas pedir bebida si no te apetece. Yo acudí un domingo para comer, y a pesar de ser un día de gran afluencia de público, todo estuvo perfecto. Opté por una sopa de picadillo, un plato de lagarto ibérico y una cerveza grande, todo por 14,60 €. Como he comentado, todo perfecto. Absolutamente recomendable.

Una nueva y buenisima experiencia, la comida exquisita platos tipicos como son unas migas lomo en manteca arroz pero todo con un toque especial y los postres caseros tal como flan de magdalena inmejorable, recomendable 100% una venta con encanto para repetir. Muchas gracias al servicio, repetiremos pronto!!