Fuimos de casualidad, ya que tras visitar Bárcena Mayor estaba todo reservado en el pueblo y tuvimos que buscar algo deprisa. La verdad es que fue un acierto rotundo. Es un restaurante y además cuenta con 6 habitaciones como posada, está muy bien reformado y en perfecto estado. La comida es simplemente espectacular, y la atención recibida igual de buena. Gracias por la atención
Un rincón escondido en la naturaleza, con una decoración tradicional, una vajilla inglesa histórica, la señora que nos atendió estupenda, muy agradable y profesional, la comida cántabra de calidad y el precio estupendo. Ambiente tranquilo. Muy recomendable.
Una delicia que no debéis perderos si visitáis Cantabria. Un poquito antes de llegar a Bárcena Mayor. Un lugar encantador junto al rio con productos locales de calidad y una cocina extraordinaria.
A tan solo 5 km de Bárcena Mayor se encuentra este restaurante. La comida era francamente buena con tan solo un pero, demasiada pimienta encima de la chuleta.
En cuanto al servicio ha sido magnífico. Una opción a tener muy en cuenta.
En el restaurante La Punvieja todo es perfecto. Además la comida es muy buena al igual que el servicio y el ambiente. Al lado del restaurante hay un río muy relajante.
Posada y restaurante muy acogedores en pleno corazón del parque natural Saja-Besaya a pocos kilómetros del pueblo-conjunto histórico de Bárcena Mayor.
Cocina típica de la zona donde destaca el impresionante cocido montañés, las alubias y un espectacular catálogo de carnes rojas y de caza que cocinan con mimo y que se disfrutan rodeados de un paraje natural de aspecto mágico. Vale la pena, si la climatología lo permite, reservar la mesa en el merendero de madera exterior.
Para los aficionados a los baños en el río, hay una poza de fácil acceso desde el aparcamiento que vale la pena visitar.
En resumen, un gran sitio para visitar al menos una vez al año
Comida cántabra preparada con buena materia prima. Carta variada de platos caseros. Destaca por integrar carne de caza en algunos de los cocidos y guisos. Al igual que el resto, los postres son caseros, la tarta de chocolate está jugosa y sabrosa. Recomendaría especialmente el cabrito.
Hemos comido genial (6 personas) y nos han atendido aún mejor. El precio muy bien también, unos 25€ por persona fuera del menú y los platos abundantes.
Pedimos unas croquetas variadas y unas rabas de entradas (ambas muy recomendables). De primeros un cocido montañés (un pelín salado para mi gusto) y una sopa de pescado, también para compartir. Ambos perolos súper abundantes, se podía repetir perfectamente.
De segundo lechazo para compartir (es grande), unas chuletillas y un escalopín relleno de queso azul. Honestamente, si volviera, me decantaría por las chuletillas. O nos animaríamos por alguna otra carne de caza.
Le pongo 4 estrellas porque el postre (pedimos tarta de queso al horno y unas natillas) no nos han hecho tanta gracia. Las natillas venían con virutas de limón y la tarta de queso no estaba mala pero... uhmmm, sin más.
El entorno es muy bonito y tranquilo. La oferta en carta parece buena aunque cara pero al llegar a la mesa no es gran cosa. Compartimos unas rabas que eran como las de cualquier bar de barrio y unas croquetas que no eran muy buenas. De segundo, compartimos una merluza a la romana que era fresca y abundante. Aún así, la cuenta resultó ser 80€ para dos personas tomando un postre compartido y cerveza para beber. Me pareció un poco caro para lo que comimos.
Siempre es un placer ir a comer, buena materia prima, buena atención, un lugar precioso, bárcena mayor cerca
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