Sitio muy bueno, con muchísima calidad en cuanto a la comida.
Desde mi experiencia (solo he ido una vez) solo puedo decir que no me gustó como me atendieron. No me trataron mal ni mucho menos, hablo de no estar atento a mi mesa, no informar de nada a la hora de tomar comanda. No sé, en este tipo de sitios creo que tienen que atenderte mucho mejor.
La comida muy muy bien.
Obviamente le daremos otra oportunidad porque a lo mejor no tuvimos suerte.
Gracias
Restaurante con vistas al mar menor tanto desde el interior como desde su terraza.
Probamos diversos platos de su carta, a destacar los del pescado.
El arroz a banda tenía muy buen sabor pero un poco pasado y aceitoso.
Su personal muy amable y servicial.
Un sitio con vistas privilegiadas, muy buen ambiente.
Comida muy buena, cantidades correctas y buena atención.
Lo único que no me ha gustado es "la prisa" por retirar los platos. Último bocado y ya estaban retirando todos los platos para servir los siguientes. Personalmente eso me agobia, a mi y a los comensales que fuimos. Entiendo que quieran ir deprisa, pero la sensación que transmiten es de "despacharte" rápido. Además había mesas libres, tanto en el restaurante como en la terraza.
Salvando eso, por lo demás todo genial. Personal amable y educado.
El vino de la casa está muy bueno, y el solomillo P.X... sin palabras.
Disponen de una terraza en plan chill out al aire libre donde puedes estar al aire libre, tomando algo con unas vistas muy bonitas.
Sitio recomendable si vais a San Pedro del Pinatar,
Me ha encantado. Toda la comida estaba buenísima y se nota que el producto es fresco. Por destacar un par de platos: el pulpo y el bacalao. Los postres todos buenísimos, pero la tarta de turrón en concreto es de otro mundo... Qué delicia! El precio un poco alto, pero merece mucho la pena. El personal atento y amable. Vistas impresionantes al mar desde dentro o cualquiera de sus terrazas. Eso sí, imprescindible reservar con antelación para poder disfrutar de este paraíso de restaurante
Muy buen restaurante, el producto de primera calidad, las elaboraciones muy cuidadas, todo riquísimo y el lugar espectacular, con unas vistas preciosas al Mar Menor. El servicio muy profesional, lo cual se agradece mucho hoy en día. Sin duda para repetir.
JUAN CARLOS GALDÓN ZARCOS
+4
No es la mejor comida del mundo, pero esta rica y los precios no más exagerados que por la zona, lo que no le ha gustado es que no tienen los precios del marisco puestos en la carta solo el espacio en blanco y me ha echado para tras el pedir, enfin de lo mejorcito de la zona por su ambiente y lugar, donde creo que volvería sin problema.
Vistas espectaculares y comida correcta. Ea cierto que ibamos con expectativas muy altas, de ahí a que no pueda ponerle las 5 estrellas.
Lo mejor: El caldero, exquisito.
Lo peor: Nos recomendaron un pescado que podríamos habernos ahorrado ya que nos decepcionó.
Desde que pones un pie en la estancia del restaurante se nota la calidad. Se respira en el ambiente. En lo que respecta a la comida, no vas a fallar absolutamente en nada. Pidas lo que pidas es un acierto. Ya dependerá de los antojos o lo que más te guste de la carta.
Una cosa importante y de la que me he percatado es el buen ambiente que existe entre los compañeros, es muy muy importante pues hace que la experiencia para el cliente sea aún más agradable. Sin olvidarse por supuesto de la vestimenta del personal de sala, un pantalón chino beige con la parte superior blanca ya sea polo o camisa siempre tiene su armonía con un lugar que está al lado del mar. Todo está perfecto.
La calidad no se puede pagar y aquí siempre te va a salir mucho más barato todo si lo sabes valorar.
Un restaurante con unas vistas espectaculares.
La atención fue muy buena. La comida todo riquísimo.
Cené con mi señora por recomendación de un amigo y la verdad nos gustó bastante. La cena estuvo bien, el sitio con unas vistas inmejorables, el servicio bastante eficiente aunque algo lento. Cenamos quisquilla, cigalas plancha, alcachofas con anchoas, almejas a la marinera, tomate con ventresca, todo esto al centro y bastante bueno, mención especial las cigalas, muy ricas, grandes bien hechas y muuuy frescas (también caras pero la calidad se paga) y las quisquillas, muy sabrosas. De segundo yo pedí unas costillas de cordero lechal que estaban buenas, y mi señora pidió bacalao confitado, que según me dijo estaba riquísimo. El postre tal vez fue lo más flojito, copa dos bolas que ni fú ni fá y tarta de zanahoria, buena sín más. La cuenta fue bastante carilla, casi 230 € y la relación calidad-precio, desde mi punto de vista es algo alta, pero el sitio lo merece. Yo desde luego volveré, aunque tal vez algo más comedido a la hora de pedir. Y por supuesto lo recomiendo, aunque también aviso que la cuenta será alta.
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