Restaurante Sorondongo

Teníamos muchas expectativas en este restaurante, y con creces las superó. Investigando nuevos restaurantes en la capital para una ocasión especial, me topé con este restaurante, con un estilo propio y una pinta increíble. Y la verdad es que no decepcionó. Pedimos el menú Santa Ana, y nos enamoramos de cada uno de sus platos y del servicio tan personal, explicando la razón de cada uno de los platos y los ingredientes que lo componían, detalles de gran restaurante. La verdad es que nos encantaron todos los platos, especialmente la lubina y la torrija, haciendo mención especial al café, sorprendente por su mezcla con zumo de lima, cilantro, ginebra y tónica, pero con un sirope de café que le daba dulzor para empezar como aperitivo y presagio de lo que terminaría siendo una comida muy especial. Además, importante reseñar su apuesta por la comida kilómetro 0 y los locales canarios, siendo el pan de masa madre y el helado de la torrija de locales de la propia capital. Por último, tuvieron el detalle de invitarnos a un vino dulce para acompañar al postre, muestra añadida de lo bien que hacen las cosas. Sin duda, totalmente recomendable y para repetir, felicidades.

Fuimos mi pareja y yo a cenar y cogimos el menú degustación largo, llamado “vegueta”, y de verdad que cada nuevo plato una fantasía, hacía muchísimo tiempo que no comía tan bien, es que no sabría decir con que plato quedarme, porque cada uno de ellos estaba hecho al detalle, muy cuidado y buenísimos. Además siendo celiaca me adaptaron , los poco platos que habían que adaptar, sin problema y con una excelente calidad. El trato inmejorable, muy atentos en todo momento, explicando los platos al detalle, y muy simpáticos te invitaban a estar como en casa. El sitio muy tranquilo y agradable para comer. Sin lugar a dudas repetiremos! Solo agradecer la fiesta gastronómica que tuvimos anoche. Una auténtica fantasía.

Para empezar, diré que la experiencia ha sido como llegar a la cocina de tu abuela, pero una abuela del futuro. Sabores y texturas como antaño pero con ese toque personal de su joven chef que nos ha hecho disfrutar de una cena fantástica. Del menú degustación quiero resaltar: Cebolla-Almogrote, Lubina con veloute de gofio y carrilleras con salsa de listan negro, una explosion de sabor en boca. Para rematar, el sorprendente postre, que me recuerda el final del una tarde en la cocina de la abuela con aromas de canela y azúcar. Hay un detalle que no voy a contar para que te sorprendas al inicio del menú, creación del personal de sala, especialistas en coctelería de alto nivel. Sin duda "Michelín" tendría que darse una vueltita por éste local tan bonito.

Espectacular. Cena de cumpleaños en la que nos hicieron sentir súper especial. Restaurante de ambiente muy agradable, con una atención y un trato inigualable. Para empezar nos trajeron un aperitivo de tomates aliñados con albahaca y vinagre macho, con una cañita. Después pedimos la ensaladilla con batata del jable, bacalao y langostinos que estaba buenísima. Seguido de un arroz de costilla de cerdo que estaba muy sabroso. Y para terminar una carrillera de cochino a baja temperatura, crema de gofio, y salsa de listan negro espectacular. Todo esto maridado con un vino tinto natural Edición Limitada Marañuela de la hermanos García Rodríguez de Tenerife. Y de postre pedimos un exquisito bizcocho de chocolate, crema de toffe, cremoso de chocolate y helado. Fue una experiencia maravillosa, y nos quedamos con las ganas de probar más platos de la carta, por lo que volveremos para seguir deleitándonos. Muchísimas gracias.