Cuernocabra

Me ha gustado mucho el sitio, me encantan los sitios modernos con comida callejera. Lo que más me ha gustado han sido las croquetas, estaban riquísimas. La tarta de queso estaba buena, pero me ha parecido un poco raro lo de ponerle el pimentón. Creo que la mayoría de la gente corriente como yo que no se dedica a la cocina, no entiende esta mezcla. El personal es muy amable, nos han tratado muy bien. Volveré seguro

Un lugar agradable con una cocina diferente de sabores intensos y variados. Fuimos un domingo y aunque reservamos había sitio, nos ubicaron en la barra, lugar que nos encantó ya que podíamos ver como se desempeñaba todo en la cocina.. Pedimos tres platos, postre y vino, la relación calidad precio la valoraría como muy buena. Sólo me dio tiempo de sacar una foto.. 😋

Excelente restaurante con una atención de 10 por parte de los camareros. Una comida de 10, donde cada chef se encarga de elaborar un plato cada uno de la carta, con excelentes materias primas y combinaciones que le hacen único. En especial ese Vikingo de Carne Mechada que sube a los cielos. No puedo poner un 5 estrellas por el precio de los platos, entendiendo lo que vale, su elaboración y atención a que cada uno es elaborado por un chef...pero si que se podría poner al menos, más cantidad, ya que para mi gusto es escaso. Aún así, mis felicitaciones al equipo!

Rico, especial y sorprendente. Es uno de mis restaurantes favoritos de Las Palmas. Está en el Club del Gourmet del Corte Inglés. Tiene varias mesas bajas pero a mi me encanta la barra. Puedes ver cómo preparan todos los platos y es un lujo. Imprescindible reservar y su tarta de queso con pimentón. Sobre vinos, déjate aconsejar son muy buenos todos los de las Islas.

Experiencia muy interesante, con platos diferentes, buenas presentaciones y personal super simpático. Ojo al vino: la copa sale a unos 7€. Éramos dos y compartimos unos cogollos aliñados con pipas fritas y queso -ácidos, refrescantes, muy ricos-, seguimos con unas croquetas de pollo con alitas deshuesadas -un must, buenísimas-, el spring roll de carne cabra -suave, con un acompañamiento muy similar a los cogollos, que se nos hizo algo repetitivo- y acabamos con las truchas de conejo al salmorejo, que nos recordaron bastante a los spring rolls (ahora, sabiéndolo, no recomendaríamos pedir ambos platos porque se parecen mucho). Acabamos con la tarta de queso, de la que solo podemos decir que HAY que probarla. Los 4 platos + postre + 5 bebidas nos salieron por 98€ (casi 50€ por cabeza).