Bar Casa Carmelo

El sitio es muy antiguo, como bien pone en el servilletero y pregonan los camareros (que me parece estupendo) lleva abierto desde el 1960, de nota muchísimo en el mobiliario, pero eso es lo de menos cuando la comida es de 10. Pedimos varias raciones de picoteo y acertamos de lleno. Lo que más destacaría es el pulpo, de hecho se lo hice saber al camarero: no he comido un pulpo como este en mi vida. El precio es normal, ni excesivamente caro, ni barato. La atención del personal de 10. Desde que entras por la puerta rápidamente están pendientes para ver si te falta algo. La bebida la pusieron al segundo y los platos con tiempos muy cortos, a mi me gusta así. Tasca ideal en gran canaria por la cual debes pasar si visitas la isla.

Uno de nuestros lugares top donde comimos en nuestra visita a la isla. Cada día probamos papas arrugadas y nuestras favoritas fueron las de este lugar. Comenzamos por el camarero y el personal, súper agradable y atento en todo momento, siendo un bar muy familiar de los de "toda la vida". La comida estaba deliciosa, seguimos su recomendación ante nuestras dudas y fueron todo un acierto. Además un detallazo poner lo del final del ticket, lasfelicidad siempre cuenta.

Si vas a Las Palmas no puede faltar la visita a Casa Carmelo o cómo es conocido por la gente del lugar como, los pulpitos. Carta variada con pulpos con papas arrugadas y mojo picón, calamares, chipirones, mejillones, etc. Además de cosas fuera de la carta como las albóndigas de cochino negro en salsa de Pedro Jiménez, acompañadas de papas caseras del lugar. Muy recomendable ir, es un bar pequeño y familiar Cómo no he vuelto por casa Carmelo, esta vez fue carne de cochino negro y croquetas de pescado. No dejen de ir.

Todo un clásico como ya quedan pocos en la cuidad. Y manteniendo una misma línea de sus platos clásicos y añadidos ahora algunos nuevos pero siempre manteniendo las que durante años consiguieron mantener a este emblemático establecimiento en primera fila. Ahora dispone de una pequeña zona de terraza en el exterior del local. Tengo manías de pedir casi siempre lo mismo, calamares fritos, pescado encebollado, atún al horno y añado algo nuevo de vez cuando como el queso asado o los pulpos fritos con papas arrugadas. Siempre con Luis al pie del cañón a este bar le quedan muchos años en plena vigencia.

Excelente!!!! En todos lo sentidos, trato inmejorable del personal,platos tradicionales buenísimos y de gran calidad,carta con variedad y novedades fuera de la carta, no dudes en preguntar. Atención especial para los alérgicos al gluten, cuidadosos y con mucha atención a la contaminación cruzada. Postres caseros muy ricos. Cumplen con todas las medidas de seguridad en estos momentos tan difíciles. Tienen terraza y aceptan reservas. Comida para llevar.