Opiniones Restaurante Parador De La Granja

Estuvimos en un fin de semana con nuestro hijo y la experiencia no pudo ser más agradable. El desayuno estupendo, el trato de las personas del hotel es maravilloso. Estuvimos cenando en la cafeteria y la verdad que genial aunque fue algo lento pero estaban algo desbordados (no obstante era puente). En el restaurante comimos bastante bien y el trato del personal de sala fue maravilloso con nosotros y nuestro hijo, mención especial para Henar y Luz que hicieron de la comida un momento agradable.

Todo genial. Alojamiento en media pensión, desayuno y comida de calidad. Atención muy buena. Habitaciones grandes y cómodas. Para repetir sin duda.

Una auténtica maravilla. Hemos estado en la gloria,hemos comido y bebido de 10 y nos han hecho sentir como en casa. Sin duda un lugar para desconectar,recargar las pilas(su SPA y sus servicios de masajes y demás os dejarán como nuevos/as) y comer estupendamente. Gracias por todo.

Lugar perfecto para desconectar de todo. Grande pero acogedor. Muy bonito por dentro. Habitaciones sobradamente grandes. Excelente servicio. Fantástico. Esencia segoviana.

Hotel bien posicionado para llegar a todos los sitios turísticos a pie. Amplio, incluidas las habitaciones. Varias salas donde puedes sentarte, charlar, trabajar, conectar. Tienen un jardín interior precioso con musica relajante. El spa hay que probarlo si o si antes de cualquier masaje. Los chorros de la piscina son bastante potentes. Te dejan muy relajadito. Tranquilo, apto para descansar en condiciones. Limpio, bastante limpio y esto me ha dado mucha tranquilidad. Sabanas impolutas. Sobre la restauración: tienen un restaurante y una cafeteria. La comida super bien en ambos. El trato en el restaurante super exquisito. High-class. Tanto que dijimos “tierra tragame” con la reprimenda del señor responsable de la sala de no tener reserva. Nos sentimos como la muchedumbre del pueblo que se cuela en el palacio. 😂 Menos mal que tuvimos luego una velada relajada gracias a la sonrisa de la señora responsable de nuestra mesa. Punto a mejorar para el hotel. Igual no viene a cuento pero es lo que he notado: muchas veces ser muy correctos, ejemplares, profesionales no deja huella en la gente. Esta bien tener todos estos atributos pero no dejar de sonreír y ser natural, ser empatico, reconocer el guest que has atendido 3 veces a lo largo del dia…

Parador en un lugar privilegiado por su cercanía a los jardines de La Granja, a apenas 5 minutos caminando. Dispone de un parking descubierto gratuito para clientes alojados. Proceso de check-in y check-out rápido. Instalaciones impecables, limpieza extraordinaria y atención excepcional por parte del personal. Habitación espectacular, muy amplia, y con bonitas vistas. Aseo de tamaño acorde con la habitación, con wc y bidet separados por una puerta corredera. Secador. Gel de baño, champú, acondicionador y crema de cuerpo con dispensadores. Gorro de ducha y peine. Disfrutamos de un circuito en el Spa (necesarias chanclas, y gorro de baño opcional), y de 2 tratamientos que nos dejaron como nuevos por el saber hacer de las profesionales que nos atendieron. Muchas gracias. Desayunos: amplia variedad y surtido de dulces y salados, con posibilidad de solicitar platos calientes (huevos, tortillas, bacon, migas, pisto...). A destacar su rincón con productos sin azúcar, y para celíacos. Recomiendo probar el pan candeal y el pan gallego para las tostadas. Me llamó la atención que había incluso fruta deshidratada, semillas de chía y sésamo. Cenas: hicimos dos. Es obligatorio reservar. El primer día, que no lo sabíamos, nos llevamos una reprimenda por parte de la camarera que nos atendió al entrar, por no haberlo hecho. En cuanto a la comida en sí, tengo más puntos negativos que positivos a este respecto. La ensaladilla y las croquetas de gambas fueron exquisitas. Los raviolis fueron más bien insípidos, y la suprema de pollo con mostaza algo que deberían retirar de su carta a no ser que se mejorara la receta. El gusto a mostaza era tan débil que realmente uno tenía la sensación de estar comiendo únicamente pechuga de pollo cocida. Muy bien cocida eso sí, pero sin ningún gusto. De hecho, el calabacín que había en su base y los dos tomates cherry hacían que incluso estuviera aguado. En fin, no repetiría. El bacalo con ajo muy rico, y la morcilla de Burgos, también. Salón decorado de forma clásica, muy bonito, y con iluminación agradable. Es recomendable pedir una mesa que no esté cerca de la sala donde guardan los vinos. Cada vez que abren la puerta hay un ruido que no acompaña al ambiente tranquilo del salón. Cafetería: amplia, con muchas mesas, y servicio rápido y eficaz. Ofrece la posibilidad de tomar algo sin necesidad de salir del Parador. En general, buena impresión. Volvería sin duda.

Un Parador maravilloso ubicado en uno de los pueblos más bonitos de España. La habitación estupenda, súper amplia y con techos muy altos. La piscina exterior, pequeña pero con micho encanto (y nos vino bien porque estuvimos en plena ola de calor).

La cama doble era realmente dos individuales juntas, no fue muy cómodo para dormir en pareja, el baño muy amplio pero la bañera y la grifería estaban deteriorados.