Hermanos Grimaldi

He ido ya varias veces a los Hermanos Grimaldi y se lo recomiendo a todo el mundo. Es un restaurante muy bueno en comida y en servicio. Es verdad que una de las veces tuvieron un inconveniente con la comanda y nos hicieron esperar mucho más de lo habitual, pero de todas las veces que hemos ido, se queda en una “tontería”. El resto de veces siempre nos atienden rápido y de forma organizada. Hemos ido ya a celebrar cumpleaños y aniversarios y estoy seguro de que iré muchas más veces. Respecto a la comida, tienen una gran variedad de platos de los que destacaré las patatas bravas con gambitas cristal y la carrillada, que siempre intento pedirla. Aún así todo os va a gustar en este lugar. Tienen mesas en interior y en terraza, pero os recomiendo reservar con antelación para no quedaros sin vuestra mesa. El aparcamiento no es muy fácil pero dando algunas vueltas encontráis sitio para aparcar de forma gratuita en la calle. Por último, siempre me ha gustado la ensaladilla de pulpo, pero la última vez que fui solo sabía a aceitunas… espero que sea algo puntual.

Grata sorpresa, habíamos oído hablar de este restaurante y vaya si merece la pena, un lugar muy bonito y acogedor, el trato del personal muy amable y profesional!! La comida excelente, todo riquísimo, está la opción de tapear con precios muy buenos y las cantidades de las tapas muy muy generosas, Samuel el chico que nos atendió súper!! Muy profesional y simpático, que alegría de gente así, los fines de semana es aconsejable reservar para el restaurante, si tapeas en la terraza vete con tiempo y comes sin problema, importante para mi, la higiene: todo correcto!! Muchas gracias y seguid así

El local es muy bonito, decoración muy agradable, personal muy amable con adultos y niños. Me costó elegir la comida porque todo era apetecible, y cuando llegó así fue, todo buenísimo (salmorejo, albóndigas con salsa de setas, pulpo, atún con verduras, los postres espectaculares). El único problema, que para mí fue el único punto negativo, fue la temperatura tan baja que tenía el aire acondicionado. Fuimos en un día caluroso de agosto, es necesario para estar confortable, pero pasé tanto frío dentro que llegué a ponerme enferma.