Rigodón

Un descubrimiento en el centro de Jerez. Pequeño restaurante con un ambiente acogedor en el interior en el que sirven platos de distintos lugares del mundo. Nosotros probamos una Bruschetta de Parmesano, unas albóndigas con salsa de manzana y pera belgas y un pollo a la miel. La comida riquísima, el servicio bueno y el ambiente muy agradable con un interior decorado en madera que te transporta a latitudes más septentrionales. Si prefieres estar en el exterior tienen una terraza con gran número de mesas. Definitivamente volveré para probar más de la gran variedad de platos que tienen en carta. Muy recomendable, la comida nos costó entre 15-20€ por persona.

Restaurante pequeño y acogedor con una decoración muy original, en el que se sirven especialidades culinarias internacionales. De ahí le viene el nombre, claro. El servicio fue lento al principio, pero una vez que tomaron nota de la comanda, los platos fueron saliendo a un ritmo tan rápido que no había manera de que cupieran en la pequeña mesa. Aparte de este pequeño detalle algo incómodo, todo fue estupendo, la atención, la calidad y presentación de los platos y hasta el fondo musical, muy agradable y poco usual.

Sitio agradable con decoración y ambiente acogedor. Tortitas de calabacín buenas y albóndigas a la belga de gran calidad. Tiramisu normal. Precios adecuados y tirando a bajos. El servicio muy profesional con los consejos exactos y adecuados en la orientación de los platos. Repetir siempre que se pueda