Abuela María Cuatro Esquinas Bar

Hemos estado comiendo dos días y los platos que hemos probado todos estaban muy bien elaborados y con un sabor muy bueno.Hemos probado la ensalada de tomate con burrata y salsa de pipas de calabaza,las almejas con pupo y el codillo hecho a baja temperatura y el bacalao de la abuela María co ali-oli y tomates confitados todo buenísimo.

Para poder comer en este restaurante recomiendo reservar ya que se llena y te quedas sin entrar, está muy demandado! El lugar es pequeñito y acogedor, la comida estaba bien, lo que más nos gustó fueron las almejas que estaban riquísimas y el postre “broklin con natilla” estaba espectacular! Este restaurante se hizo famoso por los postres hace unos años. La verdad que calidad-precio lo veo algo caro para lo que en realidad es, salimos a 40 y algo € por persona (contando con que pedimos sangría que eran 18€). Está en pleno centro del pueblo, hay un parking al lado y sino otras zonas reservadas para aparcar en el pueblo que están como a 10minutos andando solo, te das un paseo, vas viendo el pueblo y almuerzas, es un buen plan.

Fuimos a ver Iznájar en el puente y encontramos este sitio para comer cerquita del alojamiento (también es verdad que con el festivo no había muchas más opciones, pero menudo acierto). Tienen una carta bastante variada, no la más barata que puedas encontrarte pero es que hay que pagar la calidad del producto y el servicio, además tienen un chef premiado al frente. Dejad que os aconseje y os explique lo que trabajan allí, no os arrepentiréis. Fuimos a comer el lunes y pedimos el tomate morado con burrata y una salsa de albahaca riquísima, el bacalao de la abuela nos encantó también con su alioli de azafrán, y por último pedimos una pluma con ALIOLI DE HUMO, aún le estoy dando vueltas a cómo sabía aquello. De postre nos dejamos aconsejar y pedimos los famosos "huevos volaos", muy ricos. Plus por tener grifo de Estrella Galicia, eso es tener caché. Para cenar elegimos una especie de buñuelitos de alga wakame con camarones y una crema de hierbabuena, que no estaban mal pero quizá esa fritura no era la mejor opción para cenar. El pulpo al ajillo con almejas tenía un toque picante bastante sabroso. De postre un helado de mandarina con salsa de chocolate negro y naranja amarga, sin palabras. Al día siguiente para desayunar tenían unos churros de masa madre súper ricos y crujientes, se podían comer a palo seco. No voy a volver a ver los churros normales con los mismos ojos jamás. El zumo de naranja estaba muy bueno y fresquito también. Resumiendo, que si vais por Iznájar y no miráis demasiado el dinero a la hora de comer id a comer algo allí, porque creo que merece bastante la pena. Un saludo a Paco y su equipo.

Fuimos para cenar y volvimos al día siguiente de lo que nos gustó. El trato es agradable, cercano, y familiar. Nos sentimos como en casa. La comida es ESPECTACULAR. La calidad de los alimentos es alta y está cocinado con mimo y cuidado, y los platos son muy abundantes. Es un lugar para ir con calma, para disfrutar del momento con una estrella Galicia. No tenian todos los postres cuando nosotros fuimos pero a parte de eso una experiencia inolvidable.

Sorprende el aspecto exterior del restaurante por su sencillez en contraposición con la variada carta y su punto sofisticado en la elaboración de los platos. Destacó el salmorejo, los sencillos huevos fritos con ajos y trufa negra, y los postres. El trampantojo de torrija es sorprendente. Los dueños muy amables y el servicio también correcto. Los precios acordes a la calidad.