Txakola

Fuimos sólo a tomar algo con unos amigos, pero la comida tenía muy buena pinta. El local acogedor, recogido y limpio. Lo que nos encantó fue la atención y el servicio, sobretodo de la camarera. ¡¡¡Un sol de chica oye!!! Hemos añadido el Txakola a la lista de favoritos y de los primeros lugares que pensamos a la hora de organizar plan gastronómico con amigos y familia.

El Txakola destaca por la profesionalidad de su propietario Fidel. Atento y servicial ante los clientes. Buenos desayunos por la mañana. Durante el día ofrece platos combinados y pintxos. Buena cocina, limpieza y pulcritud. Posee una terraza ideal para tomar el aperitivo. Uno de los mejores del barrio.

La tortilla de patatas de este bar-restaurante es espectacular, muy jugosa y sabrosa, sobre todo si te pilla por la mañana recién hecha. Al mediodía excelentes menús para comer y después la sobremesa con el café y la copa en la amplia terraza que tienen. El bar es muy amplio y limpisimo y el trato es muy profesional y cercano.

Se encuentra en una zona tranquila, el comedor no es muy amplio pero suficiente. El baño estaba limpio (Muy importante). El menú por escrito era de sólo dos primeros, dos segundos y dos postres, aunque luego añadió una opción más por plato. Hay también otras posibilidades: carta, platos combinados, bocadillos, sandwiches, raciones... Las cantidades son generosas. A destacar: Las patatas fritas, el tomate y el arroz con leche eran caseros y el entrecotte estaba muy tierno. La atención fue cercana y muy agradable. Sitio recomendable.