Restaurant 4 Vents

Fantástico restaurante con mucha tradición donde puedes disfrutar de deciciosos platos. La decoración del edificio está muy cuidada, donde recomiendo que visiten y contraten el aperitivo en la bodega. También hace celebraciones como bodas. El trato del personal es excelente y muy atento. El restaurante tiene aparcamiento gratuito.

Esta muy bien el ambiente, pero no es una comida de 10, platos muy bien presentada tipo gourmet, raciones justas, arroces que no recomiendo, atención excelente.

Comida con buena relación calidad-precio. El plato está bien servido en lo que a cantidad se refiere. No le pongo 5 estrellas ya que le falta ventilación, cuando es el caso de que varias mesas, o incluso una, piden carne a la piedra pq se lía una humareda dentro que es bastante insoportable, cómo fue nuestro caso que nos picaban hasta los ojos (comimos en la planta de arriba)...y de la ropa ni te cuento del perfume que coge...

Desde el primer momento que fui a informarme supe q allí tenía q celebrar mi boda un lugar único, mágico y súper bonito nosotros estuvimos en la sala de arriba y tiene unas vistas espectaculares El trato inmejorable de principio a fin. La comida exquisita, mis invitados estaban súper contentos Y en mi gran día me guiaron durante todo el tiempo y todo salió perfecto Me casé el pasado 18/06/2022 Gracias por todo y x tanto Fredy & Tamy

Celebramos el banquete de nuestra boda en Els 4 Vents, en Abril de 2022. Todo salió a pedir de boca: estuvimos en una sala espaciosa, bien decorada, de acceso y baño privados, ideal para que lxs invitadxs pudiesen distenderse sin molestar a otrxs clientes. Nos dejaron ir la tarde anterior a decorar un poco la sala, ya que no estaba reservada: el mapa con los asientos, el nombre de cada invitadx en la mesa, etc. La previsión para el día de la boda era lluvia, y habíamos dejado espacio de 1 hora entre la ceremonia y el restaurante para sacar fotos, sin tener un lugar cubierto donde estar. Nos comentaron que si lo necesitábamos, fuéramos directxs al restaurante a refugiarnos de la lluvia, lo que nos fue perfecto ya que así pudimos llegar antes tras sacar las poquitas fotos que el tiempo nos permitió hacer. Una vez allí, lo bueno llegó en la primera cucharada de la crema de temporada que nos pusieron para empezar: sabrosa, ideal para calentar el cuerpo en un día gris y lluvioso. Sabía a gloria, el paraíso en nuestros paladares. El resto de entrantes estuvieron a la altura, lxs invitadxs no paraban de hacernos señas a distancia para que supiéramos lo mucho que les estaba gustando todo. Los platos principales fueron generosos y nos dieron opción de repetir entrantes, incluso nos ofrecieron opciones veganas para quien lo quisiera. Teníamos miedo de haber encontrado un restaurante de “plato grande, ración pequeña” como habíamos leído en algunos comentarios de opiniones y nada más lejos de la realidad, todo el mundo salió encantadx con los platos que degustaron y las cantidades. Quisimos traer un pastel de boda ya que nos ofrecían como postre milhojas individuales. No tuvieron ningún problema y salió de ellos cambiarnos el postre por un sorbete de mojito que acompañase el pastel, estaba buenísimo! Nos presentaron el pastel de una forma muy bonita y nos dejaron una espada para cortarlo, un momento algo absurdo, pues casi nos quedamos sin tarta al cortarla jaja No nos cobraron las bebidas extra que pidieron algunas personas, por ser muy poca cantidad. Después de eso, hubo barra libre (el camarero, muy profesional, sabía qué tomaba cada persona cuando alguien repetía, antes de decirle lo que querías) y DJ. El DJ se merece un 100 sobre 10: no sólo supo adaptar la música a lxs invitadxs pese a ser muy dispares en edad, consiguiendo que la gran mayoría bailasen casi sin parar, sino que aceptó un par de propuestas que no podían faltar. Lxs más jóvenes y lxs atrevidxs terminamos bailando música de Pont Aeri mientras lo dábamos todo, algo que nunca hubiésemos pensado para una boda pero que ahora es un recuerdo que nos saca unas risas. Buscábamos celebrar algo pequeñito, y aunque no llegamos a ser 40 entre recién casadxs e invitadxs, acabó siendo un bodorrio por todo lo alto. Lo mejor de todo es saber que nos divertimos como hacía tiempo que no hacíamos, que guardamos muy buen recuerdo de ese día (aunque terminó granizando!) y que nuestrxs invitadxs se quedaron con ganas de más de lo bien que se lo pasaron, querían repetir una fiesta tan redonda. Nosotros (y ahora tú que nos lees) sabemos que gran parte de lo que dió empaque al día fue Els 4 Vents y el buen trato y profesionalidad que recibimos. Sin duda, un gran sitio para celebrar desde la boda más clásica a la más humilde.